Roma, 21 sep. En los primeros nueves meses de 2024 se registraron en Italia casi mil 900 fenómenos climáticos extremos y más de la mitad fueron tormentas, con un total de mil 23, señala hoy un reporte.
Un informe elaborado por la Asociación Nacional de Consorcios para la Gestión y Protección del Suelo y del Agua de Riego (ANBI), divulgado en el sitio digital del medio especializado Rinnovabili, indica que la mayor concentración de estos eventos se registró en las primeras dos semanas de septiembre cuando ocurrieron 157.
El promedio fue de siete fenómenos extremos cada día en las primeras 259 jornadas del actual año, y el 91 por ciento de los mismos afectó a las regiones centro y del norte del país, apunta ese análisis que abarcó del 1 de enero al 15 de septiembre.
A las más de mil tormentas se sumaron 664 granizadas, contando sólo las de piedras grandes y de ellas 37 tuvieron lugar en la zona de Versilia, ubicada en la central región de Toscana, con diámetros récord de los granizos, de siete a nueve milímetros
Además se produjeron 212 tornados, de los cuales casi uno de cada cuatro tuvo lugar a principios de septiembre y el 71 por ciento se localizaron en las costas del mar Tirreno.
La ANBI identificó en ese estudio, como el área más afectada en septiembre a la zona oriental de la norteña región de Emilia-Romaña, la cual sufre desde el pasado miércoles una nueva inundación provocada por precipitaciones anómalas, con hasta 300 milímetros se agua acumulados en las primeras 48 horas.
El análisis cita datos del Instituto Superior la para Protección e Investigación Ambiental (Ispra), según los cuales el 45,6 por ciento del territorio de dicha región está en riesgo de inundación.
Massimo Gargano, director general de ANBI, aseveró al respecto en declaraciones a la prensa que se trata de “un hecho sobre el que es necesario reflexionar”, porque significa la repetición de una grave inundación apenas 16 meses después de ocurrida mayo de 2023, con consecuencias desastrosas.
Por su parte Francesco Vincenzi, presidente de esa asociación, comentó que lo que ocurre en Emilia-Romaña y otras regiones seriamente afectadas obedece en gran parte a que “desde los años 80, Italia carece de una planificación nacional de las intervenciones de prevención hidrogeológica”.