Las explosiones en el Líbano podrían ser solo el comienzo

El fin de las detonaciones era «causar pánico, estrés y conmoción» entre los miembros de Hezbolá, afirmó Danny Yatom, exjefe del Mossad.

Las explosiones coordinadas de diferentes dispositivos en el Líbano, atribuidas a Israel, podrían ser solo la primera etapa de un conflicto mucho más amplio, señala un reciente artículo The Washington Post.

De acuerdo con Danny Yatom, exjefe del Mossad, la agencia de inteligencia israelí, las detonaciones tenían como objetivo «causar pánico, estrés y conmoción» entre los miembros de Hezbolá al demostrar la capacidad de Tel Aviv de afectar los buscapersonas, considerados por el grupo chiita como medios de comunicación con los que pueden eludir la sofisticada tecnología de vigilancia del país hebreo.

Es una operación que no se sostiene por sí sola«, expresó Yatom. «Es una operación que podría iniciar una guerra más decisiva en el Líbano«, añadió, describiendo el ataque a los dispositivos como el «Pearl Harbor» de Hezbolá.

No obstante, aún no queda claro si las detonaciones tenían «la intención de ser una primera salva en un conflicto a gran escala o una advertencia a Hezbolá sobre los costos potenciales de tal confrontación», indica el medio.

¿Por qué ahora?

Un asesor de la dirección de inteligencia militar de Israel y excomandante de alto rango del Shin Bet, el servicio de seguridad interna del país, cuyo nombre no fue proporcionado, señaló que los agentes israelíes podrían haberse apoderado de un lote de buscas destinado a Hezbolá y llenarlos con pequeñas cantidades de explosivos.

Si esta teoría fuese cierta, entonces Israel dispondría de un tiempo limitado para llevar a cabo su misión. «El nivel de sospecha es alto, y solo se necesita que uno explote [involuntariamente] para que la operación se queme«, explicó. Otros exfuncionarios de inteligencia israelíes confirmaron que este tipo de operaciones pueden estar preparándose durante meses o incluso años, pero «tienen una vida útil breve después de ponerse en marcha».

Según los analistas, independientemente de si el ataque fue lanzado en un momento realmente planeado o si fue «casual«, tras su realización el Gobierno israelí se enfrentará a «una creciente presión interna para aprovechar el impulso y atacar a Hezbolá mientras está en su apogeo». En este contexto, Oded Eilam, un exagente de alto rango del Mossad que supervisó las operaciones internacionales de contraterrorismo, señaló que EE.UU., por su parte, está ejerciendo «mucha presión» sobre Tel Aviv para que no desencadene un potente conflicto regional.

«Sin embargo, Washington parece tener una capacidad limitada para contener a su aliado más cercano en Oriente Próximo«, concluyó el diario.

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