La vocera de la Cancillería rusa indicó que aquellos que estuvieron detrás de este ataque buscaban provocar «una gran guerra» en Oriente Medio.
Rusia considera la explosión coordenada de buscapersonas en el Líbano «un acto de guerra híbrida», declaró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, este miércoles.
«Consideramos lo ocurrido como un acto más de guerra híbrida contra Líbano que ha afectado a miles de personas inocentes. Parece que los organizadores de este ataque de alta tecnología buscaban deliberadamente fomentar un enfrentamiento armado a gran escala con el fin de provocar una gran guerra en Oriente Próximo», afirmó la vocera.
Además, Zajárova condenó este «ataque sin precedentes«, indicando que constituye una «violación flagrante» de la soberanía del Líbano y un «grave desafío al derecho internacional mediante el uso de armas no convencionales». La vocera también expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y deseó una pronta recuperación a los heridos.
«En un contexto de creciente tensión a lo largo de la frontera entre el Líbano e Israel, estas acciones irresponsables están cargadas de consecuencias extremadamente peligrosas, ya que provocan una nueva ronda de escalada«, sostuvo. En este contexto, Zajárova pidió a todas las partes implicadas que «actúen con moderación y se abstengan de tomar medidas que amenacen con desestabilizar aún más la situación militar y política en la región de Oriente Medio».
La portavoz destacó que se debe realizar una «investigación exhaustiva» de lo ocurrido. «Es necesario llevar a cabo una investigación exhaustiva de este crimen y llevar a todos los responsables ante la justicia para que no se esconda bajo la alfombra otro acto de terrorismo, como intentan hacer los países occidentales con la investigación de explosión del gasoducto Nord Stream», señaló.
- Una oleada de explosiones de dispositivos localizadores (buscapersonas o ‘beepers’) pertenecientes al grupo chiita Hezbolá estremeció este martes el Líbano, dejando al menos 11 muertos y unos 4.000 heridos.