La Comisión Europea reembolsó los gastos de otros Estados miembros que protegen la frontera Schengen, recordaron desde el Gobierno húngaro.
Hungría está preparada para tomar acciones legales contra la Comisión Europea con el objetivo de exigir el reembolso de los fondos que ha gastado en la protección de sus fronteras, ha declarado este jueves en rueda de prensa Gergely Gulyás, jefe de Gabinete del primer ministro Viktor Orbán.
«En los últimos años, Hungría ha gastado una cantidad equivalente a 2.000 millones de euros en la protección de la frontera exterior [del espacio] Schengen sin recibir contribución alguna de la Unión Europea», dijo Gulyás, refiriéndose a la zona de libre circulación del bloque comunitario sin controles internos.
«Queremos recibir estos costes de la comisión por medios legales, así que estamos dispuestos incluso a demandar a la Comisión Europea», indicó, recoge AP. La decisión de llevar el asunto a los tribunales le parece justa al Gobierno húngaro sobre todo después de que la Comisión Europea «reembolsara parcialmente o por completo los costes en los que incurrieron otros Estados miembros que protegen la frontera Schengen», agregó.
Las declaraciones de Gulyás se producen en medio de la disputa sobre las normas de asilo europeas y las multas impuestas a Budapest por violar las reglas del bloque. El Gobierno húngaro ha encomendado a su ministro para Asuntos Europeos negociar con la Comisión Europea para resolver el conflicto que supuso una sanción de 200 millones de euros impuesta a Hungría por incumplir las normas de la UE sobre la concesión de asilo.
Gulyás manifestó que su país busca recuperar estos costos por medios legales, incluso mediante una demanda, si fuera necesario. Cada día de retraso supone un millón de euros adicionales a la penalización hasta que Budapest ajuste sus políticas a la legislación europea vigente. Asimismo, Hungría tiene hasta el 17 de septiembre para pagar las multas impuestas.
Gulyás criticó también la reciente decisión de Alemania de implementar controles fronterizos para combatir la migración irregular, sosteniendo que esta medida podría poner en peligro la estabilidad de la zona Schengen y amenazar la unidad europea. «La migración destrozará [el espacio] Schengen. Alemania es la que está destrozando Schengen», concluyó.