Rusia resta importancia a cambios en la cúpula ucraniana

Moscú, 6 sep.  El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, restó importancia hoy a los recientes cambios en la cúpula del gobierno ucraniano, y agregó que no se pueden cifrar esperanzas en los mismos.

El canciller, Dmitri Kuleba no es el único que ha dimitido, realmente son siete u ocho cargos, como vice primeros ministros y titulares de varias carteras, los que lo han hecho, y en estos momentos hay una pelea en la Rada Suprema (parlamento ucraniano) que rechaza unas renuncias y acepta otras, dijo Lavrov al canal RBC.

El jefe de la diplomacia rusa hizo esta declaración al día siguiente de que el Legislativo de Ucrania aprobó el nombramiento de Andréi Sibiga como nuevo ministro de Exteriores tras la destitución de Dmitri Kuleba.

El 4 de septiembre, la Rada Suprema ratificó también el cese de los ministros de Justicia, Medio Ambiente y para las cuestiones de los sectores estratégicos de la industria, así como de la vice primera ministra para la integración euroatlántica, Olga Stefanishina, entre otros altos cargos.

Lavrov indicó que en los medios se están barajando varias hipótesis en relación con esos cambios: unos dicen que el líder ucraniano, Vladimir Zelenski, quiere deshacerse de algunos miembros de su equipo para luego responsabilizarles de los fracasos; otros hablan de «ratas huyendo del barco».

«Francamente, no lo sé ni tampoco me interesa mucho. Zelenski no está listo para una negociación limpia. Y Occidente no le dejará participar en esa negociación», refirió Lavrov.

El canciller ruso señaló en este contexto que para Moscú siguen vigentes algunos principios formulados hace dos años y medio en Estambul, particularmente la no incorporación de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Estos principios siguen sobre la mesa. Por lo menos, estamos dispuestos a retomarlos, siempre y cuando se tenga en cuenta la nueva realidad, aclaró el ministro.

Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos, según el presidente ruso, Vladimir Putin, son proteger a la población de «un genocidio por parte del régimen de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.

A mediados de junio pasado, Putin formuló varias condiciones clave para iniciar las negociaciones de paz, en particular, que Ucrania retire las tropas de cuatro nuevos territorios rusos (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie).

Igualmente que Kiev desista de adherirse a la OTAN y mantenga el estatus neutral, no alineado y no nuclear; y que además se levanten todas las sanciones contra Rusia.

Hasta la fecha, Ucrania ha condicionado el cese de las hostilidades a la recuperación de todos los territorios perdidos, incluida Crimea, que se unió a Rusia en marzo de 2014.

La última ronda de conversaciones entre Moscú y Kiev para poner fin a las hostilidades tuvo lugar el 29 de marzo de 2022 en la ciudad turca de Estambul, y desde entonces los países no han vuelto a retomarlas.

 

 

 

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