El acto terrorista se cobró la vida de 334 personas, la mayoría de ellas, niños.
Rusia conmemora el Día de la Solidaridad en la lucha contra el terrorismo. La fecha está asociada con la eliminación del comando islamista que el 1 de septiembre de 2004 tomó rehenes en una escuela de Beslán, en el Cáucaso ruso, durante una asamblea festiva. La toma duró tres días.
Los terroristas eligieron el momento de la vuelta a las clases para tomar un mayor número de rehenes. Dentro del edificio minado, había profesores, alumnos y sus familiares, incluyendo bebés. Al tercer día, tras explosiones que se produjeron dentro de la escuela, comenzó la operación de liberación de los rehenes.
El atentado en Beslán se cobró la vida de 334 personas, la mayoría de ellas, niños. Para su entierro se edificó el cementerio Ciudad de los Ángeles, donde también se ubica el monumento Árbol de Pena.
«Una herida incurable en la memoria de Rusia»
En agosto de este año, el presidente Vladímir Putin depositó allí flores en vísperas del vigésimo aniversario de la tragedia y se arrodilló para honrar la memoria de los fallecidos. Luego, se reunió con las madres de las víctimas. «Por supuesto, esta tragedia seguirá siendo una herida incurable en la memoria histórica de toda Rusia. Y para los afectados, para ustedes, para sus familias, para los que perdieron lo más valioso que uno tiene –los hijos– seguirá siendo una herida sangrienta para toda la vida. Y por esto ante todo quiero volver a expresar mis condolencias», declaró.
«Han pasado 20 años desde la tragedia. Por supuesto, la vida se divide en antes y después, creo que no solo para nosotros. Todos estos años, todos estos 20 largos años, para ser honesta, en cuanto a mí, a mis amigas, no pensé que sobreviviríamos estos largos 20 años. Pero luego resultó que la vida es más fuerte. Hay niños, hay que asumir la responsabilidad por los demás, por los que están vivos», dijo una de las miembros de la asociación Madres de Beslán.
Una intervención del terrorismo internacional
Tras la investigación, se dio a conocer que los terroristas eran apoyados por los servicios de inteligencia extranjeros. El presidente constató que se trató de una intervención del terrorismo internacional contra Rusia.
La creación de mecanismos eficaces para combatir el terrorismo se convirtió en una tarea primordial para Rusia. En el 2006, empezó a funcionar el Comité Antiterrorista Nacional. Este organismo intergubernamental se dedicó no solo a eliminar los focos de terrorismo, sino que centró su atención en la prevención de los atentados.
El director del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso), que preside este comité, constató que entre enero y agosto de 2024 se logró evitar 110 actos terroristas y se frustró la actividad de 45 células de conspiración de organizaciones terroristas internacionales. Al mismo tiempo, aseveró que se intensificó el reclutamiento de ciudadanos rusos por parte de los servicios de inteligencia extranjeros. «Las organizaciones internacionales terroristas aumentan la intensidad de propaganda de las corrientes radicales del islam no tradicionales para Rusia. Luego, entre sus seguidores, sobre todo del Cáucaso Norte y migrantes de Asia Central, buscan a los ejecutores de atentados en lugares de gran afluencia de personas y de ataques armados contra militares y policías. Su principal objetivo es la desestabilización de la situación en las regiones rusas», afirmó Alexander Bórtnikov, director del FSB, a mediados de agosto.
El terrorismo internacional es un problema global común hoy en día y la única forma de combatirlo es de manera conjunta. Es lo que han reiterado desde Moscú una y otra vez durante los últimos años. Y no solo se trata de declaraciones políticas, sino de acciones concretas, como la misión en Siria, donde las tropas rusas ayudaron al Gobierno de Bashar Al Assad en su lucha contra las agrupaciones extremistas asociadas con Al Qaeda y el Estado Islámico. Sin embargo, según la parte rusa, la cooperación internacional en este ámbito se ve obstaculizada por los países occidentales.
Han pasado 20 años desde el atentado en Beslán. Aquellos trágicos días han sido un punto de inflexión para la sociedad rusa. La lucha nacional antiterrorista, que se intensificó por aquellos sucesos, continúa y en esta batalla no hay tregua.