Reportan que Dúrov tiene un canal de comunicación directa con la contrainteligencia francesa

De acuerdo con la publicación, el cofundador de Telegram señaló durante su interrogatorio que contaba con la protección del presidente francés, Emmanuel Macron

El empresario de origen ruso y cofundador de Telegram Pável Dúrov declaró durante un interrogatorio en su detención en París que mantenía contacto con representantes de la Dirección General de Seguridad Interior de Francia (DGSI) y se reunía con ellos en Dubái, así lo aseguró una fuente citada por el diario Libération el viernes.

De acuerdo con la publicación, de la que también se hace eco Le Parisien, Dúrov señaló en el interrogatorio que contaba con la protección de Macron y que había abierto un canal de comunicación directa con la DGSI, junto con un correo electrónico, como parte de la lucha contra el terrorismo, que, según él, ya habría evitado varios atentados terroristas en el pasado.

Las fuentes también afirmaron que Dúrov dejó claro que «sería inapropiado para él revelar información que constituye un secreto militar«, sin embargo, al ser detenido habría expresado su voluntad para cooperar e incluso llegó a facilitar a las autoridades su teléfono móvil y su código de acceso.

Asimismo, Duróv aseveró que Telegram había optado por limitar su cooperación judicial al contexto antiterrorista, excluyendo otros tipos de colaboración con los servicios policiales, argumentando que estos últimos utilizarían el canal exclusivo para la DGSI. De igual manera, la compañía ha refutado cualquier noción de complicidad en actos ilícitos, explicando que la plataforma se posiciona como un simple anfitrión y no un editor.

Además, Libération asegura que el pasado domingo se produjo un intercambio sobre la detención de Dúrov entre el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahayan, y su homólogo francés, Emmanuel Macron.

Dúrov fue detenido el pasado 24 de agosto en Francia al bajar de su avión privado en la pista del aeropuerto de París-Le Bourget, a donde llegó desde Azerbaiyán. Sobre el pesaba una orden de búsqueda emitida por las autoridades francesas, que le acusa de 12 delitos, vinculados a «conspiración criminal», «blanqueo de delitos», así como permitir transacciones ilícitas a una banda organizada, crímenes conectados con la criptografía, fraude, pornografía, entre otros.

Su detención temporal terminó el pasado miércoles cuando fue imputado y puesto bajo vigilancia judicial con la condición de pagar una fianza de 5 millones de euros y la prohibición de salir de Francia.

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