El anuncio se produce en medio de una fuerte polémica en el bloque oficialista por la visita de varios legisladores a condenados por crímenes de lesa humanidad.
La vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, anunció este martes que el Gobierno reabrirá «todas las causas de las víctimas del terrorismo», categoría en la que ella engloba los ataques llevados a cabo durante la última dictadura militar (1976-1983) por la organización guerrillera peronista Montoneros y otras fuerzas antidictatoriales.
«Argentina merece dejar el pasado atrás, pero debe hacerlo con justicia […]. Argentina merece no ser un nido de impunidad y, para ello, hace falta que construyamos sobre los cimientos que se hacen con justicia. Por eso, reabriremos todas las causas de víctimas del terrorismo, para que la Justicia haga lo que debió hacer hace más de 20 años, cuando arranqué, siendo demonizada y repudiada», sostuvo la funcionaria en un discurso para conmemorar a las víctimas de lo que califica como «terrorismo».
En su decir, que el país «pueda vivir su aurora, su renacer», solo será posible si se aplica la «justicia». «Para ello, todos los ‘montoneros’ deben estar presos, respondiendo por ensangrentar nuestra nación. Solo con los asesinos en las cárceles podremos, en la unidad y el deber cumplido, poner a nuestra amada Argentina de pie», alegó.
Contra el kirchnerismo
Villarruel, quien es conocida por negar las masivas violaciones a los derechos humanos, las desapariciones forzadas y el robo de bebés durante el régimen militar, así como por visitar en la cárcel a condenados por torturas, asesinatos, desapariciones y otros crímenes contra la humanidad, aprovechó la oportunidad para denostar contra los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), a los que sindicó de haber encubierto a los perpetradores de atentados y de usar su posición de poder para «reescribir» la historia nacional.
«Parecía utópico que hubiera resquicios de la luz de la verdad en la muralla de la oscuridad pestilente que construyó el kirchnerismo sobre la década más dolorosa de nuestra historia. Era francamente peligroso denunciar los crímenes de los protegidos de Néstor y Cristina Kirchner. Fuimos unos pequeños David frente al Goliat que tenía todo el poder estatal para garantizarse su impunidad, reescribir nuestra historia y enriquecerse los bolsillos con el dolor de todos los argentinos», aseveró.
Desde su punto de vista, en las administraciones peronistas habría sido «imposible» homenajear «a las víctimas del terrorismo», porque, en esa época, desde «el Estado se ensalzaban, vanagloriaban y elevaban los crímenes atroces del terrorismo».
«Por eso, permítanme mirar atrás con orgullo por haber desafiado la historia oficial, y hacerlo en nombre de los inocentes a los que les arrancaron la vida y el recuerdo, porque hasta de eso les quitaron el derecho: a ser recordados y amados por el resto del pueblo argentino», recalcó.
Polémica
El anuncio de Villarruel se produce en medio de una fuerte polémica dentro del partido oficialista La Libertad Avanza (LLA), por la visita que realizaran algunos miembros de su bancada en la Cámara Baja al penal de Ezeiza, donde permanecen recluidos varios condenados por crímenes de lesa humanidad, entre ellos Alfredo Astiz, Raúl Guglielminetti, Carlos Suárez Mason y Adolfo Donda.
Inicialmente, desde el Ejecutivo aseguraron que allí nadie estaba al corriente de la visita, pero la diputada libertaria Lourdes Arrieta puso en cuestión esa versión, al revelar conversaciones telefónicas que dan cuenta de la implicación de altos miembros del Gobierno en la organización y coordinación de la iniciativa, incluyendo a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Entretanto, el bloque oficial la ha emprendido contra Arrieta y varios legisladores avanzan gestiones para expulsarla de las filas de LLA. Algunos, como Lilia Lemoine, incluso han pedido que se la expulse de la Cámara.
Mabel Careaga, integrante del grupo Los 12 de la Santa Cruz, advirtió de que el Gobierno trata de cambiar la interpretación de la historia para reivindicar el terrorismo de Estado.