Rafael Grossi constató que hay marcas de impacto de drones en la planta.
El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, inspeccionó este martes la central nuclear ubicada en la ciudad rusa de Kurchátov, en la provincia de Kursk.
En declaraciones a periodistas tras la inspección, Grossi explicó que su visita a la planta se debe a la proximidad de los combates y al riesgo de que se produzca un incidente nuclear. En este sentido, advirtió que si la central se viera afectada por ataques, las consecuencias podrían ser sumamente graves.
Asimismo, señaló que, si bien observó marcas de impacto de drones, la planta funciona casi con normalidad.
Según detalló la empresa gestora rusa de centrales nucleares Rosenergoatom, durante su visita a la planta, Grossi «se aseguró» de que la unidad número tres funciona «a su capacidad establecida», mientras que la unidad número cuatro se encuentra desde el domingo «en mantenimiento preventivo programado».
El director de la corporación estatal rusa Rosatom, Alexéi Lijachov, señaló que Grossi se comprometió a dar «una respuesta inmediata del OIEA ante cualquier manifestación de agresión» contra las centrales nucleares de Kursk y de Zaporozhie. Asimismo, destacó la importancia de que le fueran presentadas a Grossi las evidencias de ataques en la planta de Kursk.
La visita del jefe del OIEA se produce luego de que el presidente ruso, Vladímir Putin, denunciara el pasado jueves los intentos de las fuerzas ucranianas de atacar la central.
Tras concluir su visita a la planta, Grossi tiene planeado viajar a Kiev, donde tiene previsto reunirse con Vladímir Zelenski.