Moscú, 20 ago. Rusia considera la actividad de los medios de comunicación occidentales en Kursk como una prueba de su implicación directa en una agresión híbrida, afirmó hoy la portavoz de la cancillería, María Zajárova.
La diplomática refirió en su canal de Telegram que las autoridades competentes están autorizadas a evaluar jurídicamente las acciones de los corresponsales de publicaciones extranjeras, saltándose los procedimientos establecidos para penetrar en el territorio soberano de la Federación de Rusia.
Zajárova recordó que, en relación con eso, varios de estos representantes de medios de comunicación extranjeros ya han sido procesados penalmente por cruzar ilegalmente la frontera estatal de la Federación de Rusia.
«Todos estos incidentes se registran cuidadosamente y se aplicarán las medidas apropiadas a los infractores», agregó.
Señaló que, desde el punto de vista del periodismo, estos seudorreporteros solo pueden ser calificados de traidores a la profesión, que se han rebajado a participar directamente en la fabricación y difusión de propaganda militar ucraniana.
La naturaleza de los materiales publicados como resultado de tales viajes, incluyendo escenas montadas de prisioneros de guerra y civiles, indica claramente que la principal tarea de la fuerza de desembarco mediática que ha aterrizado en territorio ruso ocupado es reivindicar al gobierno de Kiev, añadió.
Igualmente, se prestan para encubrir crímenes contra la población civil, desestabilizar aún más la situación informativa y manipular a la opinión pública, rehabilitación del nazismo y creación del trasfondo necesario para que Occidente siga apoyando a la camarilla terrorista de Kiev, acotó Zajárova.
Anteriormente, el diario The Washington Post publicó un artículo sobre la situación en Sudzha, en el que se afirmaba que los periodistas del diario entraron en el territorio de la región de Kursk acompañados por tropas ucranianas.
Por otra parte, la embajadora italiana en Moscú, Cecilia Piccioni, fue convocada a la Cancillería rusa por la entrada ilegal de periodistas del canal RAI (Radiotelevisione italiana) en la región de Kursk para cubrir el ataque de militares ucranianos.