El Gobierno municipal de Ámsterdam ha prohibido a sus empleados el uso de Telegram en sus teléfonos de oficina, alegando que el servicio de mensajería se utiliza a menudo para actividades delictivas y de espionaje, informó BNR citando al servicio de prensa del municipio.
El motivo es que la aplicación es un «santuario para piratas informáticos, ciberdelincuentes y narcotraficantes», según declaró a BNR un portavoz del concejal de Tecnologías de la Información y la Comunicación de Ámsterdam, Alexander Scholtes.