Alemania «estaría feliz de esconder toda esta basura debajo de la alfombra», opina el politólogo y periodista ruso Georgui Bovt.
Sería iluso esperar una investigación objetiva el sabotaje en el gasoducto Nord Stream, opina el politólogo y periodista ruso Georgui Bovt, sobre todo después de la serie de revelaciones publicadas en los últimos días sobre aquellas explosiones submarinas ocurridas el 26 de septiembre de 2022.
«Resulta curioso el hecho mismo de la sincronicidad en la aparición de filtraciones en Alemania y en Estados Unidos. De repente, todos tenían fuentes bien informadas hablando al mismo tiempo. Aparentemente [esto sucedió] por una orden«, sostiene el experto en un artículo para bfm.ru. «Las actuales filtraciones sincronizadas coincidieron con la invasión de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la provincia de Kursk», apunta.
Según argumenta Bovt, el hecho de que la Fiscalía General de Alemania declinara hacer comentarios sobre los detalles de la orden de detención del sospechoso buzo ucraniano podría significar que Berlín «estaría feliz de esconder toda esta basura debajo de la alfombra».
Por lo tanto, «se han adoptado tácticas para limitar al máximo el círculo de sospechosos, evitar cargos a nivel estatal y tratar de garantizar que la investigación no perjudique las relaciones entre Berlín y Kiev», explica el politólogo.
«A muchos les convendrá la versión según la cual todo lo sucedido fue obra de seis buzos ucranianos, que fueron ayudados por empresarios patrióticos de Ucrania por unos modestos 300.000 dólares».
Además, el periodista señala que, de las filtraciones a la prensa alemana, «se desprende que los investigadores conocían a los principales implicados en el sabotaje hace casi un año«, pero no tomaron medidas para lograr su arresto. Asimismo, «claramente se le dio oportunidad de escapar» al actual sospechoso.
«No se siente lástima por Zaluzhny»
De igual forma, EE.UU. está intentando «evitar acusaciones contra Kiev a nivel estatal», después de acusar en un primer momento del sabotaje a un «grupo proucraniano», luego a Román Chervinski, coronel y excomandante de una unidad de las Fuerzas de Operaciones Especiales ucranianas, y ahora al entonces comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhny.
The Wall Street Journal publicó que Vladímir Zelenski habría ordenado abortar la operación de la explosión, después de que así lo aconsejara la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, por sus siglas en inglés), pero Zaluzhny le desobedeció.
«Ya no se siente lástima por Zaluzhny», comenta Bovt. «Es posible que la investigación alemana se centre ahora en él, pero el éxito de la investigación dependerá de la cooperación con sus colegas ucranianos. Si en Kiev quieren finalmente ‘ahogar’ a Zaluzhny como competidor de Zelenski, entonces tal vez cooperen de alguna forma, aunque es poco probable que entreguen a los perpetradores y es posible que también intenten ocultar alguna otra evidencia», estima.
La CIA no quiere asociarse
En general, el esclarecimiento objetivo de los hechos no beneficia a EE.UU., puesto que «la liquidación de los Nord Stream coincide con los intereses políticos y económicos estadounidenses en Europa», afirma el politólogo.
En cuanto a la supuesta objeción de la CIA al plan de ataque contra las tuberías, el experto sugiere que «se puede prohibir categóricamente, amenazando con consecuencias, o simplemente se puede decir que no recomendaríamos hacerlo, entendiendo que el sabotaje será cometido de todas formas y que, al mismo tiempo, la propia CIA no se asociará con ello de ninguna manera».