El presidente, Luis Arce, sus ministros y decenas de empresarios privados mantienen un encuentro en la Casa Grande del Pueblo para consensuar soluciones ante la falta de carburantes y de la divisa norteamericana, ampliamente usada en el comercio exterior. La reunión seguirá el sábado 17 de agosto en Santa Cruz.
El pasado 6 de Agosto, Día de la Independencia, el presidente boliviano dio un informe detallado de lo trabajado en sus cuatro años de mandato. También realizó varias propuestas para sacar al país de la crisis generada por la falta de dólares y de combustibles. Una de ellas fue convocar a los sectores sociales y empresariales a dialogar para conocer sus propuestas dirigidas a solucionar los problemas que más afectan al país.
Estos encuentros se concretaron esta semana. El pasado 13 de agosto se reunió el Gabinete Social, integrado por ministros de Arce y representantes de las organizaciones sociales indígenas campesinas alineadas con el Gobierno. Una de ellas, la Central Obrera Boliviana (COB), propuso realizar un control de divisas a través del Banco Central para evitar la fuga de capitales.
Por otro lado, el 14 de agosto se inició el Diálogo Nacional por la Economía y la Producción, con participación del presidente Arce y de 39 organizaciones empresariales del país. Los empresarios, luego de evaluar los resultados del Gabinete Social, se pusieron en alerta en rechazo al control de divisas. Por este motivo, el viernes 16 de agosto, cuando siguió esta reunión, se ausentó la Cámara de Industria y Comercio del Oriente (CAINCO).
El diálogo se extenderá hasta este sábado 17 de agosto, cuando el presidente Arce viajará a la ciudad de Santa Cruz para reunirse con la CAO, la Cámara Agropecuaria del Oriente, otra de las ausentes en la Casa Grande del Pueblo. Desde el Gobierno nacional aclararon que no está definido fortalecer el control de divisas.
Una de las entidades que participa del encuentro es el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), que dio a Sputnik su evaluación sobre esta negociación.
«La preocupación principal tiene que ver con dar una urgente solución a la escasez del dólar, así como a la necesidad de normalizar el abastecimiento de combustibles, principalmente de diésel, algo que depende de lo primero», detallaron.
El referente del IBCE, quien participa de la reunión, consideró que «la dificultad de arribar a consensos tiene que ver con el funcionamiento del modelo del Gobierno, ya que implicaría la necesidad de disminuir el déficit fiscal, avanzar hacia una eficiencia en la inversión pública, revisar el desempeño de las empresas estatales deficitarias, bajar el endeudamiento del Estado, propiciar un mayor protagonismo del sector privado en vez del Estado-empresario, entre otros puntos».
Control de divisas.
Sobre la propuesta del Gabinete Social, desde el IBCE aseguraron que «el sector privado boliviano en su conjunto está totalmente en desacuerdo porque la historia en el mundo ha demostrado que la consecuencia de instaurar un control de las divisas de exportación para su posterior asignación al sector importador, principalmente, más que una solución, solamente empeora las cosas».
En el mismo sentido se pronunciaron otras entidades destacadas del sector, como la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (CANEB) y el IBCE, entre otras.
Alertaron que, de concretarse esta medida, causaría inflación y escasez de alimentos, entre otros problemas.
Mediante un comunicado firmado por su presidente, Jean Pierre Antelo, la CAINCO dio sus motivos para abandonar el diálogo.
«La falta de acogida a las propuestas del sector privado y la percepción de que las soluciones planteadas por el Gobierno ya están predefinidas han llevado a CAINCO a cuestionar la viabilidad de un verdadero diálogo. La institución ha sentido de manera desalentadora que las soluciones planteadas por el Gobierno parecen ya estar predefinidas y validadas», señala el comunicado.
Se agrega que «la Cámara expresa su preocupación ante la intención del Gobierno de implementar medidas como el racionamiento de divisas, las cuales podrían agravar la situación económica y poner en riesgo miles de empleos y el bienestar de todos los bolivianos».
Desde el IBCE también reclamaron mayor apertura y aseguraron que «en sus casi cuatro décadas de vida, el instituto siempre ha sido partidario del más amplio diálogo público-privado, lo que lamentablemente no se ha dado durante años, imposibilitando esto la toma de políticas públicas adecuadas a las necesidades del sector productivo y exportador privado, pese a que es el principal generador de divisas y empleos en el país».
Apertura al diálogo
El Gobierno boliviano resaltó que la propuesta del Gabinete Social aún no fue analizada, por lo tanto no habría motivos para dejar el diálogo.
Este 16 de agosto, mientras esperaba al reinicio del encuentro, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, dijo a la prensa que «no hay ninguna decisión tomada al respecto [del control de divisas]. Justamente estamos en un cuarto intermedio para sentarnos y dialogar. Consideramos que este es el espacio que debemos aprovechar».
El ministro también se dirigió a los ausentes en la Casa Grande del Pueblo.
«Los invitamos a que asistan a la reunión porque creemos que esta es la manera en que los bolivianos siempre han resuelto sus problemas: en un ámbito democrático, abierto al debate de ideas, donde incluso los disensos pueden ser expresados. El presidente está en esa misma línea».
Consultado por el canal televisivo Red Uno, Montenegro enfatizó que «jamás se ha hablado de un control de divisas. Se está exacerbando y se están apresurando criterios cuando no se ha hablado en ningún caso, nadie ha hablado, de control de divisas. La sesión está grabada y se puede comprobar que nadie ha hablado de control de divisas».