Aumentan los ataques violentos en los trenes y estaciones de Europa

El nivel de delincuencia en los trenes de toda Europa indica no solo la flagrante vulnerabilidad de las personas que utilizan este medio de transporte, sino que plantea interrogantes sobre los esfuerzos de prevención del delito que se realizan en el viejo continente, dijo el columnista de ‘European Conservative’, Michael Curzon.

Durante el primer semestre del 2024, la organización alemana de medios NiUS consignó 13.543 delitos violentos —casi 27% más que el mismo periodo de 2022—, de los que casi la mitad, observó Curzon, fueron cometidos por ciudadanos extranjeros.

Con todo, el columnista aseveró que los informes sobre delitos en las redes ferroviarias británicas carecen de información sobre los perpetradores. Mientras que la información sobre los delitos cometidos por extranjeros continúa siendo muy limitada.

Paralelamente, citando cifras del Times, Curzon señaló que los ataques violentos contra mujeres y niñas en trenes de Londres han incrementado cerca del 50%.

«La cifra del 50% reportada por el Times solo cubre ataques violentos contra mujeres, aunque en los últimos meses también han circulado informes sobre una variedad de otros delitos cometidos en los trenes», observó Curzon.

Sin embargo, dijo el columnista, la policía británica del transporte atribuye el aumento al incremento de las denuncias de este tipo de delitos.

Así, recordó un incidente ocurrido en febrero de este año, cuando un migrante kurdo empujó a un extraño a las vías del metro londinense. El ciudadano fue declarado culpable de intento de asesinato y recibirá su sentencia a finales de agosto.

«Los delitos violentos también parecen ser habituales en estaciones de otras partes de Europa, como en Francia y Bélgica,
particularmente en Bruselas», aseveró Curzon.

Por lo anterior, el escritor concluyó que «el nivel de delincuencia en los trenes de todo el continente indica la naturaleza transitoria de estos sistemas y la flagrante vulnerabilidad de las personas en las plataformas».

«También plantea interrogantes sobre los esfuerzos de prevención del delito y la presencia (o falta de ella) de policía en los lugares donde se cometen los delitos», finalizó.

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