Los principales aliados de Ucrania, entre ellos el Reino Unido y Estados Unidos, habían negado haber sido informados previamente de la operación.
Kiev discutió el ataque a la provincia rusa de Kursk con sus socios occidentales, a pesar de que muchos de ellos dijeron oficialmente lo contrario, declaró el miércoles Mijaíl Podoliak, asesor de Vladímir Zelenski.
En una entrevista con The Independent, el alto funcionario admitió que «ha habido conversaciones entre los aliados, pero no a nivel público«. El medio señaló que los principales socios occidentales de Ucrania, entre ellos el Reino Unido y Estados Unidos, habían negado haber sido informados previamente de la operación de las Fuerzas Armadas ucranianas. «Hay ciertas cosas que deben hacerse con un elemento de sorpresa», dijo Podoliak.
Según él, el ataque contra Kursk es la única manera de obligar al presidente de Rusia, Vladímir Putin, a sentarse a la mesa de negociaciones como parte de una táctica «psicológica». «Tenemos que utilizar instrumentos absolutamente claros para coaccionar a Rusia [a negociar]. Uno de ellos es un instrumento militar de coerción«, señaló.
Podoliak también afirmó que Ucrania está profundamente decepcionada por no poder utilizar misiles, como los británicos de largo alcance Storm Shadow, en el interior del territorio ruso. «Cuando se transfieren armas a Ucrania, [debería] convertirse en nuestra responsabilidad. Tenemos todas estas conversaciones sobre el derecho internacional, pero es nuestra propia elección cómo gastamos estos recursos», sostuvo.
Vladímir Putin ha señalado en repetidas ocasiones que Moscú «nunca se ha negado» a las negociaciones de paz para poner fin al conflicto armado. La propuesta de paz del líder ruso incluye la retirada de las Fuerzas Armadas ucranianas del territorio de la República Popular de Donetsk, de la República Popular de Lugansk, así como de las provincias rusas de Jersón y Zaporozhie. Además, Kiev debe garantizar su neutralidad y abandonar sus planes de adhesión a la OTAN.
Sin embargo, tras el ataque contra Kursk, Putin aseveró que no hay nada de qué hablar con una parte del conflicto que ataca a civiles. Desde Moscú explicaron que Kiev con sus acciones intentó «sembrar el miedo en la sociedad» rusa, pero ese intento refleja una «incomprensión total» del estado de ánimo del pueblo. Por lo tanto, en lugar de acelerar las conversaciones de paz, la operación ucraniana las ha aplazado indefinidamente, explicó el miércoles el embajador especial para crímenes de Kiev del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Rodión Miróshnik.