El mandatario aseguró que esta operación pretende legitimar conductas de «odio» ajenas a la idiosincracia de Venezuela.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusó al ala extremista de la oposición, liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, de invertir «miles de millones de dólares» en lo que, a su parecer, sería una «guerra cibernética» desatada en contubernio con los propietarios de grandes compañías tecnológicas tras los comicios del pasado 28 de julio con el objetivo de perpetrar un «golpe de Estado cibernético».
«Ellos son los dueños de las redes sociales. Por las redes ha venido un ataque cibernético brutal contra la niñez, contra la juventud y contra la familia […]. Ellos creyeron que podían con nosotros. Lo creyeron. Metieron miles de millones de dólares en la guerra cibernética, que llaman la guerra cognitiva, en la guerra por la mente», afirmó el mandatario este martes en una jornada de trabajo televisada.
Desde su punto de vista, en el país sudamericano –y en el resto del mundo– se ha desatado una «batalla contra el fascismo, contra los ritos satánicos, contra la mentira, contra los antivalores que tratan de depositarse en la mente del niño, de la niña y del joven, para sembrarles odio».
El propósito de esta avanzada, sustentada en el «odio» y distintas formas de violencia, así como en la imposición de los «antivalores del individualismo, del egoísmo, los valores antipatria», sería que las personas adopten «otras formas de ser» y dejen atrás los «valores de la identidad venezolana».
La víspera, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, consideró pertinente «reglamentar» el uso de las redes sociales en esa nación, pues hay evidencia de que se usan para «edulcorar» y presentar de manera soterrada ideas fascistas. «La principal expresión de las ideas fascistas y las ideas de atentados terroristas contra el ser humano están basados en la difusión y en el estilo y la forma en que funcionan las redes sociales en la actualidad», alegó.