Según el mandatario francés, «casi 5.600 personas potencialmente peligrosas» fueron descartadas desde el inicio del evento deportivo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, elogió este lunes los Juegos Olímpicos de París, considerando que han mostrado «la verdadera cara» del país.
«Esta es la verdadera cara de Francia. Durante años nos dijeron que no era posible, que la ceremonia no era realizable, que la seguridad no se podía garantizar, que el Sena no sería apto al baño, que Francia no podría tener tantas medallas», dijo Macron durante una recepción en los jardines del Elíseo, con la presencia de varios centenares de voluntarios olímpicos, cargos electos locales, policías, soldados, gendarmes e incluso bomberos.
El mandatario francés elogió especialmente los «éxitos en términos de seguridad, organización, deportivos y populares», que, según Macron, lograron que «cientos de acciones fueran obstaculizadas» por la Policía y los servicios de inteligencia y que permitieron que «casi 5.600 personas potencialmente peligrosas» fueran descartadas desde el inicio del evento deportivo.
«Nosotros, que vivimos desde hace más de dos semanas en un país donde teníamos la sensación de que el aire era más ligero […]. No queremos que la vida vuelva a la normalidad«, afirmó el presidente, confesando «nostalgia» tras dos semanas de competición.
«Hemos hecho unos juegos sostenibles e igualitarios«, aseguró, insistiendo que los legados «sociales» y «culturales» de estas festividades continuarán.
En este sentido, habló de la «herencia cultural» por la renovación del Grand Palais, que posibilitará su reapertura como espacio de exposiciones y espectáculos en el centro de París.
Además, destacó la inversión de 1.400 millones de euros, que permitió la descontaminación del río Sena, así como del río Marne.
¿La edición más polémica?
Ya desde la ceremonia de apertura los JJ.OO. generaron una multitud de críticas, elevándose voces de desaprobación incluso dentro de la Iglesia católica y en algunos sectores políticos.
Una de las causas del revuelo fue una escenificación interpretada como una aparente parodia de la ‘Última Cena’, el fresco de Leonardo da Vinci que recrea la escena bíblica de Jesucristo y los doce apóstoles antes de la crucifixión. Esta actuación contó con la participación, entre otros, de un grupo de ‘drag queens‘, una modelo transgénero y un cantante semidesnudo pintado de azul que simbolizó al dios griego Dioniso.
Otra polémica notable se desató en torno a la boxeadora argelina Imane Khelif que no había superado ciertas pruebas de género para poder participar en certámenes femeninos. La boxeadora derrotó el viernes a la china Yang Liu, lo que le permitió llevarse la presea dorada en la categoría peso wélter femenino.
Además, la mala calidad del agua del río Sena causó infecciones y problemas de salud entre los deportistas. Dos atletas suizos tuvieron que retirarse de los JJ.OO. por presentar infecciones.