El Líbano señala que conflicto con Israel «podría hacer retroceder al país a la Edad de Piedra»

Cuanto más se prolonga y se extiende la guerra en el sur del Líbano, más se hunde en lo desconocido la economía del país, que ya está completamente agotada, destaca a Sputnik el ministro libanés de Economía, Amin Salam. Así comenta la situación del Estado en medio de la amenaza de un conflicto bélico a gran escala con Israel.

«La situación económica en el Líbano es muy frágil y peligrosa, la situación exige el estado de emergencia en el país», enfatiza Amin Salam.

De acuerdo con el ministro, la guerra agravó la crisis y ahora resulta imposible hablar de crecimiento económico o prosperidad en los sectores de producción.

«Reconstruir los miles de campos de cultivo y las tierras quemadas por Israel costará al Estado miles de millones de dólares. El sector turístico se ha desplomado severamente y de forma indefinida durante su temporada alta después de que muchos se abstuvieran de viajar al Líbano. Además, la fuerza viva huye al extranjero y no hay oportunidades de trabajo en el país», expresa Salam.

En su opinión, el conflicto podría «hacer retroceder al país a la Edad de Piedra y llevar a los libaneses a un lugar oscuro y peligroso». Agrega que el sector bancario se encuentra en un estado de parálisis permanente y el tipo de cambio sufre graves fluctuaciones.

Además, advierte que las reservas alimentarias del Líbano bastan solo para tres meses. Si Israel ataca puertos aéreos y marítimos y se impone un bloqueo del Estado libanés, este privará al pueblo de sustento, precisa.

El Ministerio de Economía del país tiene un plan para hacer frente a cualquier posible enfrentamiento armado que podría ayudar a los libaneses a sobrevivir, pero necesita financiación internacional, concluye Salam.

Las tensiones entre el Líbano e Israel se incrementaron luego de que Saleh Aruri, jefe adjunto del buró político de Hamás en la zona, murió el 2 de enero en un ataque con drones contra la oficina del movimiento palestino en los suburbios del sur de Beirut.

El primer ministro del país, Najib Mikati, acusó directamente a Israel de llevar a cabo el ataque y lo calificó de crimen. Además, agregó que Tel Aviv lo hizo «para arrastrar al Líbano a una nueva fase de confrontación». En sus palabras, cualquier bombardeo a gran escala en el sur del Estado conducirá a la región a una explosión total.

Pero ese no fue el único ataque contra los altos mandos del Eje de Resistencia. El 30 de julio por la noche, las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo un ataque en un suburbio del sur de Beirut, matando al comandante de Hizbulá, Fuad Shukr.

Asimismo, el 31 de julio, el movimiento palestino Hamás confirmó que su jefe político, Ismaíl Haniyá, había sido asesinado en un ataque israelí en su residencia en Teherán. Hamás culpó a Israel y a Estados Unidos de la muerte de Haniyá y prometió tomar represalias. Sin embargo, tanto Washington como Tel Aviv han negado su implicación en el hecho.

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