Lisboa, 7 ago. La localidad portuguesa de las afueras de Lisboa nombrada Sintra rechazó hoy el turismo masivo en sus calles, sumándose así a otras ciudades del mundo que enfrentan avalanchas de viajeros.
Los vecinos de Sintra dijeron NO al turismo masivo que satura las calles de este municipio de las afueras de Lisboa, declarado Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, las Ciencias y la Cultura (Unesco) en 1995.
Se trata de un lugar donde la vida de sus habitantes se transformó en insoportables por el tráfico, el ruido y la desaparición de las tiendas de productos de primera necesidad.
Lo primero que aparece al llegar a la estación de tren de Sintra es una fila de conductores de tuk tuk (mototaxi), que esperan a los turistas para preguntarles en diversos idiomas si están interesados en un recorrido por el centro histórico, mientras que por las estrechas calles de la zona los autobuses turísticos recogen pasajeros.
En las ventanas de los barrios residenciales y en algunos restaurantes y escaparates se pueden leer pancartas con lemas como Sintra no es Disneyland o El tráfico caótico perjudica a todos, a habitantes y visitantes.
Estos carteles forman parte de una iniciativa ciudadana llamada QSintra – En defensa de un sitio único que exige al ayuntamiento medidas contra el turismo de masas.
Los atascos se suman a la desaparición progresiva de los establecimientos de bienes de primera necesidad, que se ubican en la periferia, lejos para llegar andando.
Una casa en alquiler para cuatro personas que hace cinco o 10 años podría costar 500 o 600 euros, ahora cuesta dos mil.