Román Selezniov cumplía una condena de 27 años de cárcel por ciberfraude.
El ciudadano ruso Román Selezniov, que desde 2014 cumplía condena en EE.UU., y este jueves regresó a Rusia como parte del histórico canje de prisioneros entre Moscú y Occidente, confiesa en una entrevista con Ruptly que hasta el último momento no sabía que iba a ser liberado.
Selezniov relata que el día que fue trasladado a la prisión donde se encontraban los demás prisioneros que iban a ser canjeados lo despertaron los guardias y le dijeron que lo llevaban a otra cárcel, porque, tal vez, tenía «un nuevo caso». «Les dije: ‘Pasaron diez años. ¿Qué nuevo caso puede ser? No he hecho nada, ni entonces ni ahora'», relató, agregando que el hecho de que fuera el único preso al que estaban trasladando le dio la esperanza de que «quizás se tratara de un intercambio«, ya que —explica— el traslado de los reos suele realizarse en grupos.
Lo llevaron a una base militar, de donde fue trasladado en avioneta a una prisión «que estaba vacía». «Me metieron en una celda, no me dijeron por qué estaba aquí», recuerda. Allí escuchó a dos personas hablar en ruso. Uno de ellos era Vladislav Klyushin. «Había escuchado su nombre, había escuchado que podrían intercambiarlo», asegura Selezniov, que, en ese momento, se dio cuenta de que, «probablemente se trataba de un intercambio».
De esa cárcel, el grupo de prisioneros fue llevado hasta un avión. «Era un jet de larga distancia. Ahí mismo nos dimos cuenta de que íbamos a viajar a algún lugar fuera de EE.UU.«, comenta. Al llegar a Ankara, la capital turca, una mujer les dijo que cuando desembarcaran «les llevarían a un bus y allí les darían los papeles del indulto del presidente [de EE.UU., Joe] Biden». «Todos nos quedamos atónitos», admite Selezniov, que confiesa que en ese momento pensaba que «estaba soñando».
Una vez en casa, se muestra agradecido al presidente ruso, Vladímir Putin, por hacer posible este canje.
Selezniov, de 40 años, fue condenado en EE.UU. a 27 años de cárcel por ciberfraude, incluido el robo de datos de tarjetas de crédito y organización de estafas en línea. En entrevistas a medios rusos, relató que fue objeto de torturas psicológicas y de un «secuestro» por parte de EE.UU.