El primer ministro del país árabe, Mohammed Shia al Sudani, habló por teléfono con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, al que le enumeró los pasos a seguir para desescalar el conflicto en la región.
Acabar con la ofensiva israelí en la Franja de Gaza es la clave para prevenir un conflicto más amplio en Oriente Medio en el contexto de la reciente escalada en la región, aseveró el primer ministro iraquí, Mohammed Shia al Sudani, durante una llamada telefónica que este domingo recibió por parte del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, informa la Agencia de Noticias Iraquí (INA) con referencia a la oficina de prensa de Al Sudani.
La conversación abordó «los últimos acontecimientos en la situación regional e internacional», así como «el papel de Irak en el apoyo a la paz y la estabilidad internacionales y en la prevención de que los acontecimientos actuales sigan el camino de la escalada», reza el comunicado de la oficina de prensa.
En este sentido, el primer ministro iraquí subrayó que «evitar la escalada en la región solo depende de detener la agresión [israelí] a Gaza» e «impedir su expansión al Líbano«. Insistió además en que para prevenir una guerra a gran escala en Oriente Medio es imprescindible:
- «disuadir y frenar» al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y a su Gobierno
- impedir que «las autoridades de ocupación sionistas» ataquen a los países de la región
- poner fin a las «reiteradas violaciones del derecho internacional y de la soberanía estatal» por parte de Israel, así como acabar con «sus intentos de extender el conflicto y ampliar el alcance de las crisis».
En respuesta, Blinken expresó «el deseo de EE.UU.» de que Bagdad siga con sus esfuerzos de «apoyar la estabilidad y la paz regional», desempeñando «un papel en el control de la situación en la región y en la prevención de la escalada».
Las tensiones en Oriente Medio han aumentado drásticamente en las últimas semanas, mientras Israel se prepara para hacer frente a un «inevitable» ataque de Irán en respuesta al asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniya, y a una posible venganza del movimiento chiita libanés Hezbolá por el asesinato de uno de sus principales comandantes, Fuad Shukr, por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel.