Los primeros cazas F-16 llegan a Ucrania: ¿qué les espera en los cielos?

Un alto mando de la OTAN expresó su escepticismo acerca de la capacidad de estos aviones para revertir el curso del conflicto debido al largo alcance de los radares y misiles de los cazas rusos.

Ucrania recibió, finalmente, el primer lote de sus largamente esperados cazas de fabricación estadounidense F-16 que, de acuerdo con publicaciones en medios occidentales, ya han realizado sus primeras misiones de combate, aunque los representantes del régimen de Kiev no han hecho comentarios públicos al respecto.

Para defenderse de los ataques de la aviación rusa, los F-16 estarán equipados, entre otras armas, con misiles aire-aire estadounidenses AIM-120 y AIM-9X, los cuales ofrecen a los pilotos ucranianos diferentes opciones, según informa Business Insider.

Sin embargo, el general James Hecker, comandante del comando aéreo de la OTAN, dijo recientemente que los F-16 no serán una «bala de oro» para Ucrania que permita ganar inmediatamente la superioridad aérea, ya que deberán enfrentarse a los avanzados sistemas de defensa aérea rusos.

¿A qué se debe el escepticismo de este general de alto rango?

Una de las razones son los datos de la placa de características de dos aviones de combate rusos encargados de derribar cazas enemigos: los interceptores Mikoyan MiG-31 y los cazas de superioridad aérea Sukhoi Su-35, cuyos pilotos tienen además el aliciente de un premio de 15 millones de rublos (169.650 dólares), anunciado en julio por el Ministerio de Defensa de Rusia, para aquel militar que derribe el primer F-16 ucraniano.

Alcance de los radares y otros equipos rusos

El caza Su-35 está protegido de forma fiable contra armas de alta precisión gracias a su sistema de lucha electrónica Jibiny, con el que se equipan también otros aviones de combate rusos. El principio del funcionamiento antimisiles del Jibiny es crear alrededor de la aeronave un campo radioelectrónico en el cual los misiles guiados ‘pierden’ a su objetivo, convirtiendo al avión en invisible para las armas de precisión del enemigo.

Asimismo, el radar Irbis instalado en el Su-35, que, según algunas estimaciones, detecta a los aviones enemigos con antelación a una distancia de hasta 400 kilómetros, también puede prevenir los ataques. Este radar es capaz de detectar y monitorear hasta 30 objetivos aéreos y atacar simultáneamente hasta 8 blancos. En comparación, el F-16 solo ‘ve’ a unos 200 kilómetros. Al mismo tiempo, el radar ruso es capaz de detectar objetivos incluso en condiciones de interferencias de radio activas.

La clave es el alcance de las armas

Armados con misiles AIM-120 y AIM-9X, los F-16 podrían utilizarse para el combate aire-aire contra otros aviones, pero tendrían pocos chances de sobrevivir en un enfrentamiento contra los cazas rusos Su-35 y MiG-31, que cuentan con misiles aire-aire de largo alcance como el R-37, desarrollado especialmente para su uso desde interceptores MiG-31.

El R-37 (AA-13 Arrow, según la codificación de la OTAN) es un misil guiado aire-aire soviético-ruso con uno de los mayores alcances del mundo (con un récord reportado de unos 300 km logrado en los años noventa). Podría considerarse además un proyectil hipersónico, ya que alcanza, según algunos informes, una velocidad de 6 Mach (velocidades de sonido). Su versión R-37М fue desarrollada para usarse también desde los cazas Su-35 y Su-30, así como interceptores MiG-31 y cazas de quinta generación Su-57.

En este contexto, el pasado 28 de julio un canal de Telegram vinculado a militares rusos comunicó que registradores de datos de vuelo detectaron que un misil R-37M lanzado desde un Su-35 ruso había alcanzado a un MiG-29 ucraniano desde una distancia de 213 km, lo que marcaría un nuevo récord mundial de derribo de una aeronave con un misil aire-aire. Sin embargo, el Ministerio de Defensa de Rusia no ha hecho declaraciones públicas al respecto.

 

 

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