En acto de total injerencia, el secretario de Estado, Antony Blinken, emitió un comunicado para apoyar al candidato de la derecha, a pesar de las claras diferencias en los votos del pasado domingo.
El gobierno de Estados Unidos reconoció al candidato de la derecha, Edmundo González Urrutia, como ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela, celebradas el pasado domingo, aunque el conteo oficial de las boletas concedió una ventaja evidente al actual presidente, Nicolás Maduro.
Según un comunicado de prensa del secretario de Estado, Antony Blinken, González obtuvo más votos, y así estaba claro para el pueblo venezolano.
Casi al cierre del proceso de escrutinio, en las primeras horas del lunes 29 de julio, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunció como ganador a Maduro con un 51,2 por ciento a su favor, mientras González acumulaba 42,2: nueve puntos porcentuales de diferencia.
No obstante, la derecha dentro y fuera del país organizó una campaña mediática y en las redes sociales para proclamar fraude, incluso antes de informarse los resultados y a despecho de la labor de los mil 300 observadores foráneos, y llamó a la violencia en las calles.
Blinken se hizo eco de organizaciones opositoras y gobiernos de la región que reclaman al CNE la publicación inmediata de los datos desglosados y las actas de escrutinio.
También apeló al informe publicado este martes por el Centro Carter, una reconocida organización que participó entre los observadores, cuya conclusión fue que “los comicios no se ajustaron a los parámetros y estándares internacionales para procesos electorales» y habían sufrido irregularidades.
De acuerdo con el comunicado de Blinken, el informe Carter despojó de cualquier credibilidad al resultado anunciado por el CNE, y su gobierno se abrogó el derecho de nombrar presidente a su conveniencia.
Por su parte, el presidente Maduro condenó esta misma noche, en una transmisión en vivo, el acto injerencista de Washington, y lo llamó a “sacar las narices de Venezuela”, donde el pueblo soberano es quien manda.
Maduro informó sobre una audiencia a realizarse este viernes en el Tribunal Supremo de Venezuela para aclarar dudas sobre los comicios, a la cual convocó a todos los candidatos presidenciales.
Aún en medio de la turbulencia provocada y financiada por la extrema derecha en varios estados venezolanos, el gabinete del mandatario reelecto continuó con su plan de trabajo y convocó al diálogo político para resolver diferencias por vías constructivas.
En el caso de Estados Unidos, pocas horas antes del comunicado de Blinken, el presidente chavista propuso retomar las conversaciones con la Casa Blanca a partir del consenso logrado en Qatar el año pasado.
La condición de Venezuela para este acercamiento es que el país norteño esté dispuesto a respetar la soberanía y dejar de lado las amenazas, puntualizó el presidente reelecto, en un mensaje publicado en la plataforma X, en la cual compartió los puntos discutidos en Doha.
El documento hace referencia al compromiso de Washington de desbloquear los activos del Gobierno venezolano luego de las elecciones presidenciales y la toma de posesión del mandatario electo, prevista para el 10 de enero de 2025.
A su vez, el “presidente” elegido por EE. UU. para el país caribeño también envió mensajes a través de las redes, en los cuales se declara “firme al lado del pueblo” y dispuesto a defender su voluntad, al tiempo que Blinken publicaba su mensaje injerencista.
Contratista de mercenarios propone cometer magnicidio en Venezuela
Este jueves además, el representante permanente de Venezuela ante Naciones Unidas, Samuel Moncada, resaltó la lucha de su país contra el fascismo mundial, cada vez más abierto.
Moncada remitió a mensajes publicados en las redes sociales por el dueño de la empresa de seguridad militar privada más grande del mundo, Blackwater, con sede en Estados Unidos, Erick Prince, quien se ofreció para asesinar al presidente bolivariano, Nicolás Maduro, y el vicepresidente del Partido Unido de Venezuela, Diosdado Cabello.
Prince invitó a los demócratas que dirigen Estados Unidos, el presidente Joe Biden y su segunda, Kamala Harris, a apoyar “la libertad y las elecciones legítimas” en el país sudamericano mediante la oferta de una recompensa de 100 millones de dólares por Maduro y por Cabello, según él buscados como criminales.
De hecho, Prince propuso cobrar los asesinatos del dinero venezolano congelado en bancos estadounidenses, en lugar de devolver esos fondos a Caracas, como se acordó en Doha el año pasado.
Al decir del diplomático venezolano, el pueblo está dispuesto a dar la batalla por su independencia, lo cual irrita al imperialismo, al punto de incitar actos de violencia de esa naturaleza.
También el dueño de la red social X, el empresario estadounidense Elon Musk, apoyó a la extrema derecha venezolana y propuso subvertir el orden constitucional en esa nación. Su plataforma no proscribió el post violento de Prince.