El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU. cree que «los más de 200 millones de cristianos en EE.UU. deberían tomar nota» de este silencio.
La Casa Blanca tuvo «todas las oportunidades para condenar la vergonzosa burla» de la ‘La última cena’ de Leonardo da Vinci en la inauguración los Juegos Olímpicos, pero se negó a hacerlo, afirmó el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, en sus redes sociales el martes.
«Su silencio debería tomarse como un respaldo. Los más de 200 millones de cristianos en EE.UU. deberían tomar nota», escribió en un post en la plataforma X.
Asimismo, Johnson adjuntó un video de una rueda de prensa de la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en la que esta se negó a responder a las preguntas sobre la opinión del presidente Joe Biden acerca de lo ocurrido en París. «Agradezco la pregunta, pero no tengo nada que compartir«, señaló la vocera.
Cuando le dijeron que los cristianos se habían sentido ofendidos, Jean-Pierre soltó una risita y siguió eludiendo responder. «Acabo de responder a su pregunta. No tengo nada más que añadir», afirmó entre risas.
Joe Biden aún no se ha pronunciado sobre el acontecimiento. Sin embargo, su esposa Jill elogió la ceremonia de apertura, calificándola de «espectacular». «En cada momento pensaba: ‘Dios mío, Dios mío. ¿Cómo vamos a superar esto?'», expresó, en referencia a que las próximas Olimpiadas tendrán lugar en Los Ángeles.
La inauguración de París 2024, celebrada el 26 de julio, suscitó polémica y fue criticada por políticos extranjeros, gobiernos y representantes eclesiásticos de diversos países después de incluir una representación de ‘La última cena’ –la comida final de Jesucristo antes de su crucifixión, según los relatos evangélicos– escenificada con personajes ‘drag queens’ en el papel de apóstoles y un DJ haciendo las veces de Jesús.
Así, la Iglesia española condenó el acto «por el exceso y la provocación«, mientras que el episcopado de Francia rechazó «profundamente» las «escenas de escarnio y burla del cristianismo». Mientras, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseveró que «la vergonzosa escena de París» ofendió no solo a los cristianos, sino también a los musulmanes.
Tras la polémica, Anne Descamps, directora de comunicación de la organización de los Juegos Olímpicos de París, declaró que la «diversidad significa estar juntos». «Está claro que nunca hubo intención de faltar al respeto a ningún grupo religioso. Al contrario, creo que Thomas Jolly [director artístico de la ceremonia de apertura] intentó realmente celebrar la tolerancia social«, agregó.
*El movimiento internacional LGBT está calificado como organización extremista en el territorio de Rusia y prohibido en el país.