Estados Unidos orquestra y «financia tanto a la oposición como los disturbios» en Venezuela

Las protestas en Caracas después de las elecciones presidenciales del 28 de julio están financiadas por Estados Unidos, que tiene sus propios intereses en Venezuela y patrocina a la oposición del país, dijo a Sputnik un miembro de la delegación de observadores rusos, que también es miembro de la Cámara Baja del Parlamento ruso, Alexéi Volotskov.

«Por supuesto, se trata sin duda de financiación procedente del extranjero, y de opiniones tan radicales de jóvenes de mentalidad gamberra que pueden estar buscando un beneficio económico en este asunto: tomar alguna propiedad, romper algo y robar, probablemente todo esto se multiplica», explicó.

«Hoy, desde las ventanas de nuestro hotel, hemos visto cómo los manifestantes alcanzaban a un policía en moto, lo derribaban, agarraban la moto y se marchaban en ella. Esto demuestra una vez más que aquí también hay un componente económico y de propiedad, es decir, que la gente en estos disturbios intenta buscarse algún tipo de utilidad económica», relató Volotskov.

También hizo hincapié en el especial interés de Estados Unidos en el país, y acusó a Washington de financiar a la oposición y las protestas.

«El robo y el bandidaje, multiplicados por el apoyo, las consignas y la financiación —no hay nada que ocultar— del Estado norteamericano, que tiene aquí sus propios intereses y financia tanto a la oposición como los disturbios que estamos presenciando actualmente, estando en Venezuela, en Caracas», añadió el observador ruso.

Las manifestaciones de extremistas en Venezuela después de las elecciones son una acción escenificada y no son capaces de influir en el proceso electoral, añadió Volotskov.

«Creo que no son capaces [influir en el proceso electoral], porque cuando estuve hoy en el centro, vi este contingente. Se trata de jóvenes radicalizados y probablemente de personas que salieron a la calle con motivos gamberros. Estoy seguro de que una parte de ellos recibió apoyo financiero para este movimiento, porque se reunieron activamente y empezaron a desplazarse de los barrios al centro de la ciudad siguiendo sus órdenes. Se ve que se trata de una acción orquestada y un trabajo sistemático», declaró Volotskov.

«Según mis sensaciones, las personas que querían levantar esta masa, captaron una parte, pero la mayor parte se quedó en casa y no se unió a los manifestantes», concluyó.

El 28 de julio se celebraron elecciones presidenciales en Venezuela, que ganó el actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Tras ello, el 29 de julio comenzaron las protestas en Caracas con enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes. El Gobierno venezolano declaró que varios países habían interferido en las elecciones y en el derecho del pueblo a la autodeterminación.

A su vez, la líder de la oposición, María Corina Machado, a quien se impidió presentarse a estas elecciones, tiene un largo historial con organizaciones financiadas por Estados Unidos. La ONG que fundó, Sumate, fue financiada por Estados Unidos a través de la organización estadounidense, Fundación Nacional para la Democracia.

A principios y mediados de la década de 2000, Machado y otros tres líderes de la organización Sumate fueron juzgados por traición a la patria. Según las fuentes diplomáticos revelados por Wikileaks en 2011, el Gobierno estadounidense apoyó pública y privadamente a Sumate y presionó a otros países para que presionaran a Venezuela para que retirara los cargos.

Asimismo, un cable confidencial fechado el 14 de junio de 2005 describía los efectos de una reunión entre Machado y el entonces presidente estadounidense George W. Bush, afirmando que dio a los opositores del entonces presidente venezolano Hugo Chávez un «muy necesario impulso moral».

«Los opositores al presidente Chávez saludaron la reunión del 31 de mayo con choca esos cinco por haberle metido el dedo en el ojo a Chávez, y dejaron momentáneamente de lado las diferencias, deleitándose en que uno de los suyos fuera recibido a tan alto nivel», señaló la fuente, añadiendo que no quería parecer demasiado cercano a Sumate.

«Ahora es importante dejar que la organización monte esta oleada en gran medida por su cuenta.

Una identificación pública continuada y demasiado evidente con Estados Unidos podría ser ahora contraproducente. Al mismo tiempo, sin embargo, debemos asegurarnos de que Sumate dispone de los recursos necesarios para explotar esta nueva posición ventajosa de la que disfruta», indicó.

«Lo importante ahora es permitir que la organización sobreviva a este repunte en gran medida por sí misma. Mantener ahora una identificación pública demasiado explícita con Estados Unidos puede ser contraproducente. Al mismo tiempo, debemos asegurarnos de que Sumate dispone de los recursos necesarios para capitalizar la nueva ventaja que posee», añadió.

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