El mandatario argentino prometió que el impuesto PAIS bajará al 7,5 % en septiembre y será completamente eliminado para diciembre.
El presidente de Argentina, Javier Milei, prometió el sábado frente a una multitud de agricultores reunidos con motivo de la 136.° Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional en La Rural, en el barrio porteño de Palermo, que eliminará los impuestos a la exportación y rescatará la industria agrícola del país.
«Todos los días eliminamos regulaciones y cada día estamos más cerca de abrir el cepo», afirmó el mandatario durante el discurso de inauguración y añadió: «Nadie tiene tantas ganas como nosotros de salir de este modelo desastroso, en donde el Estado le expropia al campo el 70 % de su producción, entre retenciones y cepo».
Milei señaló que el programa económico tiene «tiempos y condiciones» que cumplir para «solucionar los problemas de fondo y no profundizar una situación heredada», que «era demasiado grave como para una solución inmediata». Además, sostuvo: «No importa cuánta presión haya ni de dónde venga, no vamos a apresurarnos demagógicamente, vamos a respetar el logro del equilibrio macroeconómico».
Asimismo, aseguró que una vez que pueda «exterminar la inflación», se acabará con el cepo y la imprevisibilidad cambiaria. Por otra parte, el mandatario prometió que el impuesto PAIS bajará al 7,5 % en septiembre y será completamente eliminado para el mes de diciembre.
En este contexto, advirtió que su Administración le «sacará la bota asfixiante a los productores», mediante «la reducción del peso del sector público en la economía» y una «agenda de desregulación y apertura comercial», que incluye la eliminación de controles discrecionales a las importaciones y a la prohibición de exportar carne, junto con la rebaja de aranceles a herbicidas y fertilizantes, así como la apertura de nuevos mercados.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, manifestó que si bien «existen motivos suficientes» para recurrir a las quejas y los reclamos, el sector agrícola prefiere «apelar a la paciencia del hombre y la mujer del campo», porque cree útil darle al Gobierno «un espacio de confianza».