«Eso fue extremadamente irrespetuoso hacia los cristianos», sostuvo Elon Musk al comentar la performance.
Un grupo de transgéneros* escenificó una aparente parodia de la Última Cena como parte de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos —que tuvo lugar este viernes en Paris—, causando una fuerte indignación en las redes sociales.
Muchos espectadores sintieron que la actuación constituía una burla al cristianismo y no dudaron en repudiar el programa. Algunos políticos, junto con personalidades mediáticas, compartieron esa impresión y expresaron su rechazo a la performance.
La eurodiputada francesa Marión Meréchal, integrante de Patriotas por Europa y sobrina de Marine Le Pen, consideró que la actuación no representaba a Francia. «A todos los cristianos del mundo que están viendo la ceremonia de París 2024 y se sintieron insultados por esta parodia ‘drag’ de la Última Cena, sepan que no es Francia la que allí se expresa, sino una minoría de izquierda lista para cualquier provocación«, escribió en su cuenta oficial de X.
Sus palabras fueron apoyadas por Clint Russel, el presentador estadounidense del podcast Liberty Lockdown, quien tachó la actividad de «locura». «Inaugurar el evento reemplazando a Jesús y a los discípulos en la Última Cena por hombres vestidos de mujer… Hay 2.400 millones de cristianos en la Tierra y, al parecer, los Juegos Olímpicos querían declararles a todos en voz alta, desde el principio: No son bienvenidos«, sostuvo.
El director general de Tesla y SpaceX, Elon Musk, también criticó la exhibición, señalando que fue «extremadamente irrespetuosa hacia los cristianos». «¿Qué demonios está pasando en los Juegos Olímpicos?», escribió el periodista estadounidense Nick Sortor. «No me extraña que ya nadie se moleste en mirarlos».
«La izquierda transnacional siente desprecio por la civilización occidental», expresó el presidente de Judicial Watch, Tom Fitton, mientras que la comunidad de comentaristas financieros y culturales Wall Street Silver sostuvo que esa actuación representó lo peor del país galo. «Al menos China mostró lo mejor de su país durante sus Juegos Olímpicos. Francia parece decidida a mostrar lo peor y lo más débil de su propio país«, afirmó.
Frente a la gran avalancha de críticas y la incomprensión manifestada por el público, los organizadores del evento aseguraron que la actuación buscaba hacer tomar conciencia a los espectadores «de lo absurdo de la violencia entre seres humanos».