El 27 de julio es el día en el que se recuerda a los niños víctimas de la guerra en Donbás, que se celebra cada año en la república popular de Donetsk. Desde 2014, «varios cientos de niños murieron por bombardeos ucranianos o ataques de drones en las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, indica a Sputnik la corresponsal Christelle Neant.
«Para todos los habitantes de Donbás, el 27 de julio es una fecha muy importante para recordar que, por desgracia, no solo los adultos pagan el precio de esta guerra, sino también los niños», enfatiza la periodista de origen francés, presente en Donbás desde 2016.
Los países occidentales «cierran los ojos para no reconocer que apoyan a un régimen criminal», expresó. Neant denunció el «silencio absoluto» de Occidente que lleva años armando y financiando a Kiev, a pesar de que el 23 de junio una playa de Sebastopol fue atacada por los misiles Atacms, matando a 4 personas, entre ellas 2 niños, e hiriendo a más de 150.
La periodista citó a un asesor de Volodímir Zelenski diciendo que Crimea era un gran campamento y almacén militar con cientos de objetivos militares directos.
«Ucrania lleva años diciendo que quiere devolver Crimea para liberar a los habitantes de la península de la supuesta ‘ocupación rusa’. Las autoridades ucranianas están mostrando su verdadera cara, que es que ahora creen que los crimeos no son ucranianos, no son sus ciudadanos, y por eso tienen derecho a bombardearlos como bombardean a los civiles rusos», considera Neant.
En este contexto, la instalación de misiles estadounidenses de largo alcance en Alemania es «un muy mal paso para agravar las tensiones entre la OTAN y Rusia», advierte a tiempo de añadir que esta tendencia a la escalada está siendo perpetuada por Estados Unidos.
Previamente, el exanalista de política de seguridad del Pentágono, Michael Maloof explicó por qué EEUU despliega armas de largo alcance en Alemania.