Un estudio de la revista médica británica The Lancet estimó que el número final de muertos tras la campaña israelí de varios meses de duración en la Franja de Gaza llegará a 186.000.
Mientras el intento de asesinato del sábado contra el expresidente Donald Trump complica la estrategia de los demócratas de cara a las elecciones de este otoño, el presidente estadounidense Joe Biden ha encontrado un nuevo objetivo de ataque para su tambaleante campaña: los manifestantes a favor de Palestina.
El plan fue revelado durante una entrevista entre altos funcionarios de la administración de Biden y la agencia de noticias británica Reuters un día después del tiroteo.
“Esto lo cambia todo”, dijo un miembro de la campaña sobre el impactante suceso. “Todavía estamos evaluando. Presentar argumentos contra Trump y dibujar esa pantalla dividida será mucho más difícil”.
En respuesta, el equipo del presidente ha ideado una estrategia de crítica del “clima de violencia” y buscará “aprovechar la historia del presidente de condenar todo tipo de violencia política, incluyendo su dura crítica del ‘desorden’ creado por las protestas en los campus universitarios por el conflicto entre Israel y Gaza”.
Según se informa, la campaña de Biden ya tenía previsto redactar un mensaje de condena al expresidente, una estrategia empleada por la fallida candidatura de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton en 2016. Un elemento central del plan eran los ataques a Trump por su reciente condena por el caso de Stormy Daniels, que pretendía obtener dinero para su silencio, y los intentos de anular los resultados de las elecciones de 2020.
La tarea del presidente octogenario se complicará por el hecho de que muchos votantes del Partido Demócrata , y un número cada vez mayor de estadounidenses en general, ahora están del lado de los palestinos en el prolongado conflicto por el proyecto colonial etnonacionalista israelí.
A principios de este año, en los campus universitarios de Estados Unidos se produjeron una serie de protestas pacíficas contra la campaña mortífera de Israel en Gaza, en las que los estudiantes exigían a sus universidades que revelaran y desinvirtieran de sus intereses financieros vinculados a la ocupación sionista.
Los principales medios de comunicación describieron con frecuencia las manifestaciones como amenazantes y antisemitas, aunque los casos más notables de violencia fueron incitados por la policía y contramanifestantes pro israelíes.
El ejército israelí ha matado a casi 38.700 personas durante sus meses de operación en la Franja de Gaza, aunque se cree que la cifra no incluye a las miles de personas atrapadas bajo los escombros de los ataques aéreos de las FDI.
Un estudio reciente de la revista médica británica The Lancet estima que el saldo final de muertos en el conflicto superará los 186.000. Se cree que más de la mitad de los muertos son mujeres y niños, entre ellos Hind Rajab, de seis años, que murió después de que un operador de tanque israelí disparara 355 balas contra el coche en el que viajaban la niña y su madre.