Las proclamas de Biden sobre la inflación chocan con los datos de su propia dependencia

El presidente estadounidense, Joe Biden, citó una caída del 0,1% en el índice de precios al consumidor entre mayo y junio como evidencia de que las políticas de su Administración pusieron la inflación bajo control. No obstante, esas declaraciones han sido puestas en duda por las nuevas estadísticas oficiales.

«Esta misma mañana [del 11 de julio] hemos recibido un excelente informe económico que muestra que la inflación bajó (…) Los precios cayeron. La inflación subyacente es la más baja de los últimos tres años», aseguró el líder de EEUU.

En palabras de Biden, «los precios cayeron el mes pasado [en junio]». El mandatario estadounidense aseveró que «están bajando los precios de los automóviles, los electrodomésticos y los boletos de avión». En cuanto a los costos de los alimentos, afirmó que también «cayeron desde principios de año [2024]», permitiendo que los precios «sigan disminuyendo».

Sin embargo, la cifra de inflación a nivel mayorista publicada por el Departamento del Trabajo el 12 de julio mostró su mayor aumento anualizado desde marzo de 2023, presentando un panorama diferente al índice de precios al consumidor y declaraciones de Biden.

Según esos datos, el índice de precios al productor aumentó un 0,2% en junio, por encima del 0,1% previsto, o un 2,6% sobre una base anualizada, mientras que los precios de los alimentos y la energía subieron el doble de lo esperado.

Los adversarios de la Administración Biden llevan años criticando la política económica y exterior del mandatario actual de EEUU y su papel en el repunte de la inflación. Algunos alegan que los datos oficiales «infravaloran significativamente» el aumento real de los precios.

En particular, los costos de los alimentos y la vivienda siguen siendo significativamente más elevados ahora que cuando Biden asumió el cargo (en 2021), con un aumento de los precios del alquiler y la vivienda del 21,9% y el 29,3%, respectivamente, y de los alimentos del 21,5% al 22,7%, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.

«Ha hecho un mal trabajo y la inflación está matando a nuestro país. Nos está matando absolutamente», comentó el expresidente y candidato a la presidencia estadounidense, Donald Trump, durante el debate presidencial con Biden.

A lo largo de los últimos años, Biden ha culpado de la situación de la inflación a Trump, al COVID-19, al presidente ruso, Vladímir Putin, y a «la avaricia empresarial».

La inflación se ha mantenido constantemente por encima del 5% durante más de la mitad del mandato de Joe Biden, y por encima del 3% durante todos los meses menos los tres primeros de su presidencia. A modo de comparación, durante el período presidencial de Trump (2017-2021), la tasa máxima de inflación nunca superó el umbral del 2%.

La elevada inflación estadounidense se ha atribuido a una serie de factores, entre ellos el bombeo de billones de dólares a la economía durante la pandemia con el pretexto del estímulo económico, y programas de gasto masivo de la Administración Biden.

Entre otros motivos, se puede destacar la decisión de las potencias occidentales de interrumpir rápidamente la compra de energía rusa en 2022 en medio de la crisis ucraniana, lo que provocó un aumento de los costos energéticos y que los precios de la gasolina alcancen temporalmente un máximo histórico de más de 5 dólares el galón (1,1 dólares por el litro).

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