El fortalecimiento de las relaciones con Pekín y Moscú, la posibilidad de un diálogo constructivo con Occidente y el apoyo inquebrantable al pueblo palestino son algunos de los temas que formarán parte de la agenda internacional de Masoud Pezeshkian.
El presidente electo de Irán, Masoud Pezeshkian, ha compartido el enfoque que tendrá su Gobierno para enfrentar los retos globales «en medio de las turbulencias regionales».
En un artículo titulado ‘Mi mensaje al nuevo mundo’, publicado este sábado en el Tehran Times, el mandatario hace un resumen de los puntos más importantes de la escena internacional en los que se concentrará su Administración.
Reforzar alianzas
Pezeshkian destaca que espera seguir cooperando con Turquía, Arabia Saudí, Omán, Irak, Bahréin, Catar, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos y las organizaciones regionales, no solo para profundizar las relaciones comerciales, sino también para afrontar los retos comunes regionales, como lo son la guerra, el terrorismo, el extremismo, la escasez de agua, las crisis de refugiados, la injerencia extranjera, entre otros.
El nuevo líder del país persa aseguró que mantendrá los fuertes vínculos con China y Rusia. «Han estado siempre a nuestro lado en tiempos difíciles. Valoramos profundamente esta amistad», indicó. Por un lado, destacó que Teherán espera colaborar más ampliamente con Pekín a medida que el mundo avance hacia un «nuevo orden mundial», mientras que considera a Moscú «un valioso aliado estratégico» con el cual se comprometió a «ampliar y mejorar» la cooperación.
Asimismo, el mandatario afirmó que se esforzará por lograr «la paz para los pueblos de Rusia y Ucrania», y su Gobierno estará dispuesto a apoyar activamente las iniciativas encaminadas a alcanzar este objetivo. Además, destacó que dará prioridad a la cooperación bilateral y multilateral con Rusia, en particular en marcos como los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái y la Unión Económica de Eurasia.
En este contexto, Pezeshkian también se comprometió a fomentar relaciones «mutuamente beneficiosas» con los actores internacionales emergentes del Sur Global, especialmente con las naciones africanas y con América Latina, región que, según él, tiene un potencial de cooperación «significativamente mayor» que el que existe en la actualidad.
Apoyo a Palestina
El líder iraní reafirmó el apoyo de su país a Palestina y condenó a Israel por cometer «crímenes de guerra» y «genocidio». Indicó que como primera medida, su Administración instará a los países árabes vecinos a colaborar y a utilizar «todas las palancas políticas y diplomáticas» para dar prioridad a la consecución de un alto el fuego permanente en Gaza «que ponga fin a la masacre y evite la ampliación del conflicto».
De igual forma, aplaudió el valor de muchos jóvenes de países occidentales por «haber reconocido la validez de nuestra postura de décadas frente al régimen israelí». Además, resaltó que las acusaciones de antisemitismo contra Irán por su postura sobre la cuestión palestina «no solo son patentemente falsas, sino también un insulto a nuestra cultura, creencias y valores fundamentales», y las comparó con las mismas acusaciones dirigidas contra los manifestantes occidentales que protestan en los campus universitarios para «defender el derecho a la vida de los palestinos».
Diálogo constructivo con Occidente
Irán espera entablar un diálogo constructivo con los países europeos «para encaminar nuestras relaciones por la senda correcta, sobre la base de los principios del respeto mutuo y la igualdad de condiciones», indicó, destacando que existen «numerosas áreas de cooperación» que Teherán y Bruselas pueden explorar, «una vez que las potencias europeas acepten la realidad y dejen de lado la supremacía moral autoarrogada«, aseveró.
El presidente electo hizo un llamado a Estados Unidos para que «reconozca la realidad y entienda, de una vez por todas, que Irán no responde –ni responderá– a las presiones«, haciendo referencia a la retirada de Washington del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, según él, motivado por «rencillas y venganzas puramente internas», lo que infligió cientos de miles de millones de dólares en daños a la economía de Irán, mediante la imposición de «sanciones unilaterales extraterritoriales».
Doctrina nuclear
Pezeshkian subrayó que mientras que Occidente ha contribuido activamente y sigue apoyando las armas nucleares de Israel, «un régimen de ‘apartheid'» que no es miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear, la doctrina de defensa de Irán «no incluye las armas nucleares».
«Instamos a EE.UU. a que aprenda de los errores de cálculo del pasado y ajuste su política en consecuencia. Los responsables de la toma de decisiones en Washington deben reconocer que la política que consiste en enfrentar a los países de la región entre sí no ha tenido éxito y no lo tendrá en el futuro», resaltó.