El conflicto en Ucrania ha puesto de manifiesto los problemas de compatibilidad de las fuerzas de la OTAN, y también ha mostrado la falta de voluntad de la alianza para aumentar la producción de armas a corto plazo, afirma un nuevo artículo del WSJ.
Los dirigentes de países miembros de la OTAN han admitido que siguen teniendo dificultades para producir armas y equipos suficientes para hacer frente a Rusia, informa The Wall Street Journal.
Según el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, el conflicto «no solo ha demostrado que los alcances han sido demasiado pequeños y que la capacidad de producción ha sido deficiente, sino que también ha puesto de manifiesto graves lagunas en nuestra interoperabilidad».
El periódico señala que las empresas estadounidenses de defensa y el Pentágono eran «excesivamente optimistas» sobre la rapidez con que podían aumentar la producción de armas críticas. Así, los problemas en la cadena de suministro y la escasez de mano de obra han hecho que se necesiten cuatro años para duplicar la producción de los misiles antitanque Javelin fabricados en EE.UU., el doble de lo previsto inicialmente.
«Tenemos que hacer más y hacerlo más rápido», declaró Chris Calio, citado por el WSJ, director ejecutivo de RTX, que fabrica el sistema de defensa antimisiles Patriot.
Algunos representantes de países también reconocieron que es difícil aumentar la producción. De este modo, el ministro de Defensa estonio, Hanno Pevkur, declaró que los ejecutivos de Lockheed Martin le habían comunicado que no podrían satisfacer un pedido de misiles ATACMS de largo alcance antes de 2028 como muy pronto.
Esta semana se celebra en Washington la cumbre de la OTAN para conmemorar el 75.º aniversario de la Alianza Atlántica. En vísperas del evento, el director de Asuntos Europeos del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., Michael Carpenter, declaró que no hay consenso entre los países miembros de la alianza sobre la invitación a Ucrania a unirse al bloque.