Durante los primeros cinco meses de 2024, las detenciones de personas extranjeras sin documentos en México alcanzaron niveles históricos en el actual Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en medio de la presión que existe de parte de Estados Unidos al país latinoamericano para contener los flujos migratorios provenientes de Centroamérica.
Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), de enero a mayo de este año, las autoridades mexicanas detuvieron a 590.401 migrantes, una cifra que se acerca a la cantidad de todas las personas que fueron detenidas en 2023: 782.176.
De hecho, de enero a mayo de 2023, los agentes migratorios detuvieron tres veces menos migrantes que lo que han hecho ahora. La aceleración de detenciones con respecto al año anterior es del 200%.
La migración irregular a través de México hacia Estados Unidos se ha vuelto un tema clave en las campañas electorales estadounidenses rumbo a los comicios de noviembre próximo. Donald Trump sigue abordando este asunto como uno de sus estandartes políticos. Recientemente, el Partido Republicano se alineó con su programa de gobierno, el cual establece «sellar la frontera» y realizar deportaciones masivas de migrantes.
El actual presidente Joe Biden ha sido duramente criticado por la oposición de su país por supuestamente tener una política migratoria de «puertas abiertas», y muchos republicanos lo señalan por preferir enviar dinero a Ucrania que atender problemas domésticos como la migración.
Ante esta situación, el Gobierno mexicano y el estadounidense han mantenido múltiples reuniones para solucionar el problema. En abril, Washington publicó un comunicado en el que afirmaban que López Obrador y Biden habían llegado a un acuerdo para «reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares».
«No se debe olvidar que México es el principal socio comercial. Tenemos una frontera de 3.180 kilómetros. Además, hay 40 millones de mexicanos [en EEUU]», apuntó López Obrador en abril pasado.