La proyección para los próximos años también revela que China dejará de liderar la demanda de alimentos.
Un informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) explicó cómo podría evolucionar el mercado agrícola global impulsado por las economías emergentes para 2033.
Aunque el reporte da cuenta de mejoras en la productividad agrícola, ganadera y pesquera, continuarán las brechas en el desarrollo de los países y las disparidades en la productividad agrícola, derivadas de las diferencias tecnológicas y el acceso a insumos. Por lo tanto, el buen funcionamiento de los mercados internacionales de productos básicos agrícolas será importante para la seguridad alimentaria mundial.
Según se indica, casi la tercera parte de los alimentos que se producen se pierden o se desperdician, lo que se traduce en emisiones contaminantes y en un gasto inadecuado de agua y energía. Los expertos plantean que disminuir a la mitad la pérdida de alimentos a lo largo de las cadenas de suministro y el desperdicio a nivel minorista y de consumo conduciría a una drástica caída de la cantidad de personas que sufren desnutrición.
En ese sentido, el escenario planteado para 2030 menciona que evitar el desperdicio de alimentos causaría también una reducción potencial del 4 % en las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y una caída de los precios de los alimentos. Esto generará un aumento de la ingesta en los países de ingresos bajos y medianos bajos en un 10 y un 6 %, respectivamente. Por lo tanto, podría bajar el número de personas desnutridas en 153 millones para 2030, lo que representa un descenso del 26 %.
Cambios en la demanda de alimentos
El informe de la OCDE y la FAO revela también que en la próxima década se espera que la India, el Sudeste Asiático y África subsahariana ganen mayor importancia en la demanda de alimentos relegando a China, país que representó el 28 % del crecimiento del consumo mundial de agricultura y pesca en la década anterior.
Sin embargo, en los próximos 10 años el gigante asiático experimentará una caída del 11 %, debido a la disminución de la población, al crecimiento más lento de los ingresos y a la estabilización de los patrones de nutrición.
Por su parte, la India y el Sudeste Asiático acapararán en conjunto el 31 % del aumento de la demanda en el mismo período, mientras que África subsahariana abarcará el 18 % del nuevo consumo.