El presidente de Rusia, Vladímir Putin, manifestó que si Seúl decide enviar armas a Kiev, Moscú tomará decisiones que no gustarán en Corea del Sur. Añadió que, en respuesta a las entregas de armas a Ucrania, Rusia no descarta suministros de armas a otros países. «Dejemos que Occidente piense dónde acabarán después», avisó.
Las cosas claras
Putin le dio un toque de atención a los guerreristas occidentales que afirman que enviar armas a Ucrania, muchas de las cuales deben ser operadas por especialistas occidentales sobre el terreno, no implica que estén participando en el conflicto ucraniano.
«Los que suministran estas armas [a Ucrania] piensan que no están en guerra con nosotros. Dije, incluso en Pyongyang, que entonces nos reservamos el derecho a suministrar armas a otras partes del mundo. En vista de nuestros acuerdos con la RPDC, no lo descarto», les aclaró Putin diplomáticamente.
Asimismo, el jefe del Kremlin recordó el objetivo declarado en Occidente de «conseguir la derrota estratégica de Rusia en el campo de batalla».
«¿Qué significa eso para Rusia? Para Rusia significa el fin de su condición de Estado.
Significa el fin de los 1.000 años de historia del Estado ruso. Creo que esto está claro para todos. Y entonces, surge la pregunta: ¿para qué tener miedo? ¿No es mejor para nosotros llegar hasta el final? Esto es lógica formal elemental», argumentó.
Para el director del Instituto Español de Geopolítica, Juan Aguilar, estas palabras de Putin son una «forma de decir, en otras palabras, un dicho ruso muy común: ‘Para qué vivir en un mundo, si no está Rusia'».
El analista advierte que esta no es una cosa específica de los rusos. «Cualquiera que ame su cultura, su civilización, su patria y demás, va a intentar defenderla hasta el último momento. Y cuando ese peligro es existencial, que puede acabar con la destrucción de la propia nación, pues efectivamente se llega hasta el final.
Claro que es de una lógica aplastante. Es que es dejar de existir, entonces no tiene mucho sentido».
«¿Qué indica esto? Pues que Rusia es la mayor potencia nuclear del mundo, y por lo tanto, pretender infligirle una derrota estratégica, es no estar en la realidad», sentencia Aguilar.