Muchos kenianos volvieron a tomar las calles este jueves en varias ciudades el país para pedir la dimisión del presidente Ruto.
La Policía keniana ha comenzado a utilizar gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes en diferentes distritos de Nairobi.
Las violentas protestas que azotaron esta semana al país africano surgen luego de que se aprobara un paquete de medidas económicas destinadas a aumentar los impuestos.
Aunque el presidente William Ruto decidió no respaldar el proyecto después de que los manifestantes asaltaran e incendiaran parte del edificio del Parlamento, las protestas han continuado y hasta el momento han dejado al menos 23 muertos.
Muchos de los manifestantes volvieron a salir a las calles este jueves afirmando que solo la dimisión de Ruto les satisfará. «Ahora mismo no se trata solo de la ley de finanzas, sino de que Ruto debe irse», dijo a Reuters el activista político Davis Tafari. «Tenemos que asegurarnos de que Ruto y sus diputados han dimitido y se celebran nuevas elecciones», añadió.
En esta nueva jornada de protestas en Nairobi, la Policía y el Ejército salieron a patrullar las calles y bloquearon el acceso a la Casa de Estado. Los uniformados dispararon gases lacrimógenos para dispersar a varias decenas de personas que se habían congregado en el centro de la capital.
Asimismo, cientos de manifestantes se congregaron en la ciudad portuaria de Mombasa y en la ciudad de Kisumu, según mostraron imágenes de la televisión local. Sin embargo, en esas zonas no se han registrado incidentes violentos.