Brasil busca un «nuevo equilibrio para el Mercosur» en el acuerdo con la Unión Europea

Las esperanzas de un acuerdo entre el Mercosur y la UE son altas y podrían materializarse en el Gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, declaró la secretaria de Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de Brasil, Tatiana Prazeres. En el contexto de exigencias recíprocas de los dos bloques, Brasil trataría de encontrar el equilibrio.

La funcionaria recordó al respecto que el Gobierno de Lula heredó un preacuerdo, anunciado en 2019, que contenía importantes temas pendientes, y esos puntos aún persisten, aunque «hubo muchos avances desde principios de 2023».

«El propio presidente [Lula] mencionó las preocupaciones sobre las pequeñas empresas, las adquisiciones públicas, etc. Estas cuestiones están siendo discutidas con los europeos a nivel técnico (…) Hay un gran interés en viabilizar el acuerdo y estamos trabajando para buscar un tratado que sea equilibrado», explicó.

En sus palabras, Brasil, como miembro del Mercosur, pretende preservar en el acuerdo el margen de maniobra para las adquisiciones públicas como instrumento de política industrial.

La Unión Europea tiene, indicó Prazeres, «una serie de exigencias», por ejemplo, en el ámbito medioambiental. Al Gobierno brasileño, prosiguió, no le importa comprometerse en este terreno, pero «necesita contrapartidas en otras áreas».

«En esta nueva fase de las negociaciones, los europeos plantean sus demandas, el Mercosur también, pero estamos tratando de encontrar un nuevo equilibrio para el Mercosur (…) Las perspectivas son positivas», concluyó la titular brasileña.

En una visita a Brasil en marzo, el presidente francés, Emmanuel Macron, consideró que el acuerdo Mercosur-UE era «un mal negocio» para todos los implicados, alegando a que se pactó hace 20 años, y añadió que «no se puede defender».

A principios de 2024, Macron también manifestó a la Comisión Europea que París no aceptaría firmar el pacto con el bloque suramericano.

Algunos analistas, como el investigador de la Universidad Estatal de Sao Paulo, Jorge Rodrigues, opinaron a Sputnik que la postura de Macron se debe «al lobby agrícola francés», que se siente amenazado por la posible apertura del mercado a productos suramericanos más accesibles. Sin embargo, la justificación oficial se relaciona con preocupaciones medioambientales, por considerar que la cadena de producción brasileña no cumple ciertos criterios de lucha contra la deforestación y la contaminación.

El acuerdo se está negociando desde 1999 y cuenta con la participación de más de 30 naciones. De aprobarse, representaría una de las mayores zonas de libre comercio del mundo, abarcando a casi 720 millones de personas y alrededor del 20% de la economía mundial.

 

 

 

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