Cuando se cometieron los crímenes, las víctimas eran en su mayoría menores de edad.
La Justicia peruana dictó sentencia este miércoles contra 10 de los 13 militares peruanos acusados de haber abusado sexualmente de mujeres del distrito de Manta en el contexto del conflicto armado interno (1980-2000), al considerar que se trató de «crímenes de lesa humanidad» imprescriptibles, que obligan al Estado a individualizar los casos y a sancionar ejemplarmente a los responsables.
Así, se impuso una condena de 12 años de prisión contra Sabino Valentín Rutti, mientras que los ciudadanos Rufino Rivera Quispe, Vicente Yance Collahuacho, Epifanio Quiñonez Loyola, Amador Gutiérrez Lizarbe, Lorenzo Inga Romero, Raúl Pinto Ramos y Arturo Simarra García fueron sentenciados a 10 años. Por su parte, Martín Sierra Daniel fue condenado a ocho años y Pedro Pérez López, a seis.
El ‘Caso Manta’ se remonta al año 1984, cuando el Ejército peruano asumió el control del distrito de Manta, en el departamento de Huancavelica, con el objetivo de instalar una base militar desde la que se pudieran dirigir operaciones contra grupos irregulares armados que operaban en esa región, refiere un reporte de la organización Demus, dedicada a los derechos de las mujeres.
En los años que siguieron, Huancavelica se erigió como una de las zonas con mayores índices de violencia sexual del país, con el agravante de que las víctimas eran en su mayoría menores de edad que estuvieron expuestas continuadamente al contacto con sus agresores.
Según datos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Perú, el 83 % de los perpetradores pertenecía al Ejército, cuyos cabecillas estaban al tanto de esas conductas y las promovían entre sus subalternos.