Acusado de la brutal violación de una menor que conmocionó a España niega los hechos

La joven de Igualada, que entonces tenía 16 años, tuvo que ser operada en media docena de ocasiones y, al día de hoy, casi tres años después, todavía tiene secuelas físicas y psicológicas.

Este jueves ha declarado el hombre, de 24 años, acusado de ser el autor de la brutal violación de una menor de 16 años la madrugada del 1 de noviembre de 2021 en el municipio catalán de Igualada, en España.

El caso impactó a la sociedad española por su especial crueldad. Tras la agresión, la víctima pasó tres días en la Unidad de Cuidados Intensivos, un mes hospitalizada y un año en tratamiento para su curación. Todavía tiene secuelas.

Ahora, el joven acusado de la violación niega ser el autor, dice que no se reconoce en las imágenes que grabaron las cámaras de seguridad aquella madrugada y que la chaqueta que había en su casa con ADN de la víctima se la encontró en la calle, según reporta ABC.

Eso es lo que se desprende de su escueta declaración ante el tribunal, en la que solo ha contestado a preguntas de su abogado, mayoritariamente con los monosílabos «sí» y «no», si bien ha afirmado que si le declaran culpable prefiere cumplir la pena en España, ante la posibilidad de su extradición a su país natal, Bolivia.

Cuatro jornadas de juicio

Durante las cuatro jornadas de juicio que han transcurrido por la sala han pasado policías, peritos, sanitarios y los dos camioneros que la encontraron, todo ellos han compuesto el cuadro de la salvaje agresión que mantuvo a la chica entre la vida y la muerte.

Uno de los primeros en declarar fue el primer camionero que la encontró alrededor de las 7.45 de la mañana. El lunes narró como la vio en un pasadizo de hormigón medio desnuda, en posición fetal, temblando y rodeada de mucha sangre. El hombre la cubrió con su chaqueta y llamó a un compañero, que también la abrigó, y avisaron a emergencias, como informa Antena 3. Le salvaron la vida.

La adolescente había llegado hasta allí después de pasar una noche de ocio con sus amigas en una discoteca cercana. El ataque llegó cuando ya se marchaba a su casa y un desconocido la siguió, la abordó por la espalda y la llevó hasta un lugar aislado donde la agredió salvajemente durante más de 20 minutos, antes de abandonar el lugar, dejándola tirada, con la chaqueta de su víctima en el brazo, según captaron las cámaras.

Grabaciones de seguridad, geolocalización del móvil y registro

El análisis de esas imágenes fue el hilo del que comenzaron a tirar los agentes que investigaron el crimen. Así dieron con un joven que vestía la misma ropa y participó en los daños a un coche que también fueron grabados esa misma noche, según el relato de los agentes que recoge El Periódico.

A partir de ahí se localizó el teléfono, que había estado en el mismo lugar que la víctima, el lugar de trabajo (era un teléfono de empresa) del sospechoso y su domicilio. Tras vigilarlo durante un tiempo fue detenido cinco meses después de la agresión. En su casa se localizaron las prendas de ropa que llevaba la noche de autos y la chaqueta con ADN de la víctima.

El hombre tiene antecedentes penales por delitos de agresión sexual. Cuando tenía 15 años intentó agredir a su hermanastra de 7. Fue denunciado por su madre y el juez le impuso un año de internamiento que fue suspendido bajo la condición de que cumpliera un tratamiento psiquiátrico y acudiera a desintoxicación.

Durante la instrucción del caso, al menos una de sus exparejas ha declarado que el hombre la había agredido sexualmente con violencia en al menos cinco ocasiones.

La víctima no ha tenido que volver a declarar, y se ha tomado el testimonio que ya prestó durante la fase de instrucción. Todavía tiene secuelas después de que aquella madrugada sufriera un traumatismo craneoencefálico, una rotura craneal, lesiones por todo el cuerpo y la pérdida de audición de un oído. Tiene también trastorno de estrés postraumático grave, así como una desestabilización personal, tras haber estado al borde de la muerte.

La Fiscalía pide para el acusado 45 años de cárcel y 10 de libertad vigilada para cuando acabe el cumplimiento de la pena de privación de libertad. También solicita una indemnización para la víctima de 260.000 euros.

 

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