El avión de Malaysia Airlines con 298 personas a bordo fue derribado en el este de Ucrania en julio de 2014.
Rusia suspende su participación en la disputa en el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) por el derribo del vuelo MH17 sobre el este de Ucrania en 2014, debido a las competencias insuficientes y la ausencia de imparcialidad por parte del organismo, según ha comunicado el Ministerio de Exteriores de Rusia.
«En el Consejo de la OACI, los [países] occidentales y sus satélites ya pueden tratarse entre sí. Retiramos nuestra participación de esta farsa. Rusia no reconoce la autoridad del consejo para considerar las manipulaciones australianas y neerlandesas ni las decisiones que adopte en relación con ellas», reza el comunicado.
La Cancillería señala que, desde el principio, no reconoció las competencias asumidas por el consejo de tomar en cuenta la disputa iniciada en ese organismo en marzo de 2022 por Australia y Países Bajos contra Rusia, en relación con el accidente del Boeing malasio.
«A pesar de ello, seguimos participando en los procedimientos porque creíamos que la plataforma de la OACI podía servir para entablar un diálogo profesional sobre el tema del accidente», indicó.
El ministerio recuerda que la parte rusa ha propuesto en varias ocasiones al Consejo de la OACI que lleve a cabo una «investigación internacional completa, exhaustiva e independiente» sobre el accidente, tal y como exigen la resolución 2166 (2014) del Consejo de Seguridad de la ONU y el Reglamento de la OACI para la solución de controversias. «Sin embargo, el Consejo de la OACI denegó tal investigación», recalcó.
A falta de una investigación independiente del incidente, sostuvo, ahora el consejo solo tiene «sobre la mesa los resultados de una pseudoinvestigación realizada por una de las partes del procedimiento».
La cartera de Exteriores rusa alude a una investigación técnica del Consejo de Seguridad de Países Bajos, cuyas «conclusiones definitivas contienen un número significativo de imprecisiones e incoherencias», y a la investigación penal internacional llevada a cabo por el Equipo de Investigación Conjunto (JIT, por sus siglas en inglés), que representa a Australia, Bélgica, Malasia, Países Bajos y Ucrania, «Estados no solo directamente interesados en el resultado de la investigación por su implicación en el incidente, sino también políticamente sesgados contra Rusia».