La pérdida de apoyo de Kiev y el fortalecimiento de China «plantean dudas» sobre el poderío del G7

Ha pasado una década desde que el G7 expulsó a Rusia del grupo, mismo que está desarrollando su nueva cumbre en Italia. Ahora, el bloque, que representa el 44% de la economía global, han aceptado sus limitaciones y están poniendo a prueba su resiliencia, escribe ‘Bloomberg’.

El evento, que se extenderá hasta el sábado 15 de junio, tendrá como objetivo mostrar la fuerza y ​​unidad del bloque, precisa el medio, en un momento en el que, irónicamente, la mayoría de los mandatarios que asistirán exhiben una gran debilidad interna.

«El presidente estadounidense Joe Biden va por detrás de Donald Trump en la mayoría de las encuestas para las elecciones de noviembre. El primer ministro británico, Rishi Sunak, va camino de una derrota en julio. El francés Emmanuel Macron acaba de llamar a elecciones legislativas anticipadas para el mes que viene y está envueltos en rumores de renuncia si es que llegase a perder, como muestran los sondeos», enumera la agencia estadounidense.

En opinión de Bloomberg, ningún tema ilustra mejor el aislamiento del G7 que el conflicto en Ucrania. El grupo de los 7 y la Unión Europea han proporcionado la gran mayoría de la ayuda y el apoyo militar extranjero a Kiev, mientras que casi todas las demás naciones han evitado la contienda o incluso se han puesto del lado de Rusia, al percibir el conflicto como una guerra proxy lanzada por EEUU y motivada por sus ambiciones expansionistas.

«El conflicto en Ucrania, combinado con el fortalecimiento militar de China, ha planteado dudas sobre el poder militar del grupo, incluso haciendo creer que Estados Unidos no pudiera ser capaz de asistir a Kiev y a Taiwán», escribe la agencia.

Además, Pekín ha llenado los vacíos que Rusia necesita al impulsar su comercio bilateral.

«En ambos aspectos —China y la desviación del comercio a través de terceros países— hay una realidad: Rusia no está económicamente aislada», dijo a los medios Robin Brooks, investigador principal de la Brookings Institution en Washington.

Según un análisis de Bloomberg de datos del Banco Mundial, las economías del G7 «están en camino de ser eclipsadas por el resto del G20 en términos de producto interno bruto (PIB) para 2030».

Un número considerable de este «resto del G20» está formado por países del Sur global, un contrapeso a Occidente liderado por Pekín y Moscú, destacan los medios.

«Para China en particular, y para otros grandes mercados emergentes de rápido crecimiento, como India, este poder económico en expansión es una condición previa necesaria para su creciente influencia geopolítica», afirmó Ben Bland, director del programa Asia-Pacífico del think tank Chatham House.

Tal vez uniéndose en torno a tales preocupaciones, los jefes financieros del G7 marcaron esta semana un cambio de estrategia al destacar a China en su declaración y prometer considerar medidas para garantizar la igualdad de condiciones.

«Aunque existe cierta unidad dentro del G7 sobre el uso de estas herramientas económicas contra China, a Pekín no se le escapa que el énfasis está en castigar a los competidores, no en recompensar a los amigos», concluye Bloomberg.

Fuente