Tras una revisión, el Departamento de Estado no encontró «ninguna prueba» de violaciones de los derechos humanos por parte del regimiento Azov, que defiende la ideología nacionalista y comete atrocidades contra la población civil.
La Casa Blanca permitirá al regimiento nacionalista ucraniano Azov, prohibido y calificado de terrorista en Rusia, utilizar armas estadounidenses, levantando así la prohibición impuesta hace una década, informa The Washington Post, citando al Departamento de Estado de EE.UU.
La prohibición fue impuesta después de que Washington determinara que algunos de los fundadores de la unidad militar neonazi defendían ideologías racistas, xenófobas y ultranacionalistas. Sin embargo, en medio de los fracasos de las tropas del régimen de Kiev en el frente, las autoridades estadounidenses cambiaron sus políticas, y ahora Azov tendrá acceso a la misma ayuda militar suministrada por EE.UU. que cualquier otra unidad del Ejército ucraniano.
«Tras una revisión exhaustiva, la 12ª Brigada Azov de las Fuerzas Especiales de Ucrania ha superado la investigación Leahy, llevada a cabo por el Departamento de Estado de EE.UU.», declaró el Departamento, refiriéndose a la ley Leahy, de 1997, que prohíbe que la ayuda exterior de EE.UU. vaya a unidades de seguridad, militares y policiales extranjeras acusadas de haber cometido violaciones de derechos humanos. Se señala que el Departamento no encontró «ninguna prueba» de tales violaciones.
Unidad militar racista y neonazi
El batallón Azov fue creado en el 2014 y fue formado inicialmente por voluntarios, que, en su mayoría, fueron miembros de organizaciones racistas y neonazis. Unos meses después de su creación, el batallón se convirtió en regimiento y luego fue integrado en la Guardia Nacional de Ucrania. Kiev rechazó varias veces la relación de Azov con los nazis. Sin embargo, las evidencias de la ideología se observan incluso en sus emblemas oficiales, en los que se usan los símbolos ‘wolfsangel’ y ‘sol negro’, asociados tradicionalmente con nazis.
Desde el inicio de actividades del batallón, llegaron numerosos informes sobre atrocidades cometidas contra la población civil. En el 2016, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció «el uso extensivo de edificios y lugares civiles por los militares ucranianos y el regimiento Azov, y el saqueo de bienes civiles».