El partido de López Obrador se consolida como el más importante del país.
En solo una década, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que fundó Andrés Manuel López Obrador, se convirtió en el partido más poderoso de México.
Así lo demuestran los resultados de las elecciones que se realizaron el domingo y en las que el oficialismo se impuso con amplia diferencia en los cargos más importantes de los 20.000 que estaban en juego.
La victoria más esperada era la de Claudia Sheinbaum en la presidencia, quien, de acuerdo con el conteo rápido que dio a conocer el Instituto Nacional Electoral (INE), arrasó al obtener alrededor del 60 % de los votos, más del doble del 28,6 % que alcanzó su rival Xóchitl Gálvez.
Además, el oficialismo también retuvo la capital del país, ya que Clara Brugada ganó con cerca del 50 %, 10 puntos más que su competidor más cercano, Santiago Taboada.
Esto significa que, por primera vez en 200 años de historia, los dos puestos más poderosos de México serán ocupados por dos mujeres, y ambas, además, de izquierda.
Sus triunfos también implican un cambio político generacional, ya que, a diferencia de López Obrador y otros legendarios dirigentes de la izquierda mexicana, ninguna de las dos militó antes en el PRI, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que monopolizó el poder durante siete décadas consecutivas, hasta que en el año 2000 comenzó la alternancia democrática.
Panorama
Sheinbaum lideró el movimiento estudiantil de 1986, y años después inició su carrera político-partidaria cuando López Obrador ganó las elecciones capitalinas y la invitó a asumir como secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México. Luego participó de la fundación de Morena.
Brugada, en tanto, es una exalcaldesa de Iztapalapa, que proviene de las luchas territoriales y periféricas de la Ciudad de México. Comenzó su militancia formal en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que aglutinó a la izquierda durante dos décadas y que luego comenzó a autodestruirse.
López Obrador, Sheinbaum, Brugada y el resto de los candidatos oficialistas hicieron campaña para que Morena obtuviera mayoría absoluta en el Congreso y las nueve gubernaturas que estaban en juego.
Casi lo logra, ya que la coalición Sigamos Haciendo Historia, que integran Morena y los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y del Trabajo (PT) alcanzaron hasta ahora 346 de los 500 escaños en la Cámara de Diputados y 76 de los 128 en el Senado.
En ambos casos, Morena será la fuerza mayoritaria con una veintena de senadurías y por lo menos 233 diputaciones.
Aunque no alcanzó los dos tercios de los escaños que necesitaba para lograr reformas constitucionales por sí solo, el partido gobernante liderará los debates y la agenda parlamentaria.
Consolidación
Con respecto a las gubernaturas, a la victoria de Brugada en la Ciudad de México se suman las de Óscar Eduardo Ramírez, en Chiapas; Margarita González Saravia, en Morelos; Alejandro Armenta, en Puebla; Rocío Nahle, en Veracruz; Javier May Rodríguez, en Tabasco; y Joaquín Huacho Díaz en Yucatán.
De esta forma, la oposición se quedó únicamente con dos gobiernos, ya que Pablo Lemus, del Movimiento Ciudadano, retuvo Jalisco; en tanto que Libia García, candidata de la alianza PRI-PRD-PAN, se quedó con Guanajuato.
Los resultados consolidan el poder de Morena, una organización creada por López Obrador como parte de su segunda campaña presidencial, en 2012, pero que un par de años después fue formalmente registrada como partido.
En tiempo récord, ya que pasó solo una década, Morena desplazó de a poco a los partidos tradicionales de México y ahora logró la histórica continuidad del proyecto de López Obrador que, a partir del 1 de octubre, encabezará Sheinbaum.