Para obligar a los presos a obedecer plenamente a la administración y sacarles dinero, los carceleros les golpean violentamente y les someten a procedimientos humillantes.
La Oficina Estatal de Investigaciones de Ucrania (DBR, por sus siglas en ucraniano) anunció este miércoles que había descubierto la existencia de un sistema de tortura de presos a gran escala establecido por las administraciones de varias cárceles del país.
«Golpean a los reclusos hasta doblegar su voluntad y les obligan a obedecer cualquier orden incondicionalmente», comunicó la DBR, añadiendo que las torturas y otros actos de intimidación se graban en video.
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Según el medio Strana, que cita sus fuentes en una de las prisiones denominadas «zonas rojas», es decir, las que están totalmente controladas por la administración, cuando un preso ingresa por primera vez allí, se le dice que debe obedecer plenamente todas las exigencias de la administración y de los presos que cooperan con ella.
Además, en casi todas las «zonas rojas», a los convictos se les exige inmediatamente que donen la mitad del salario que reciben mientras trabajen durante su pena a las «necesidades» de la cárcel, lo que en realidad significa las «necesidades» del jefe de la prisión y su adjunto de trabajo operativo. Esta propuesta se refiere a los presos comunes, pero si un antiguo empresario o funcionario entra en la zona, se le exigen transferencias mensuales a través de sus familiares, que pueden variar: entre 1.000 y 10.000 dólares.
Al mismo tiempo, no todos los que llegan aceptan inmediatamente estas reglas, y en este caso se utilizan las torturas. Para lograr la obediencia total, buscan tener materiales comprometedores sobre el preso, que se obtienen mediante algún procedimiento humillante. Por ejemplo, se le puede meter a la fuerza la cabeza en un inodoro, orinar sobre él, entre otras cosas. Estas acciones se graban en video, lo que garantiza la completa sumisión del convicto, así como el acatamiento de pagar regularmente.
La violencia física también se produce en Ucrania fuera de las cárceles. En medio de numerosos informes sobre movilización forzosa en las calles y transporte público, además de la persecución de la Iglesia ortodoxa ucraniana, prohibición de partidos políticos de la oposición y de medios de comunicación, el líder del régimen ucraniano Vladímir Zelenski ha afirmado que su nación «es uno de los países más democráticos de Europa».
«[Ucrania] lo ha demostrado no con palabras, sino con fuerza, armas y nuestras vidas. No lo estamos demostrando, sino que ya lo hemos demostrado al mundo entero», aseveró.