La campaña quedó ensombrecida por la tragedia de uno de sus actos, que dejó un saldo de nueve muertos.
«Le entrego la estafeta aquí a mi compadre». Esta frase convirtió a Jorge Álvarez Máynez en el candidato emergente del partido Movimiento Ciudadano (MC) a las elecciones presidenciales de México, el pasado 9 de enero.
La pronunció Samuel García, el político que protagonizó una confusa y breve precampaña que decidió abandonar para impedir que la oposición ocupara su lugar como gobernador de Nuevo León.
De esta forma, Álvarez Máynez se transformó en el único candidato varón de una contienda que, por primera vez en la historia, encabezan dos mujeres: la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez.
Es, también, el más joven, ya que tiene 38 años; y el que más ha cambiado de bando, ya que en dos décadas de militancia ha formado parte de las filas de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Nueva Alianza (Panal), Revolucionario Institucional (PRI) y MC.
Otra característica de Álvarez Máynez es que es el único que no participa para ganar. En los meses de campaña, las encuestas han coincidido en que la intención de voto a su favor no supera un dígito. Solo en la recta final los números a su favor comenzaron a mejorar pero no lo suficiente como para aspirar a un triunfo que sería milagroso.
Por eso, la principal apuesta de Álvarez Máynez rumbo a las elecciones presidenciales del próximo domingo es sorprender con un caudal de sufragios que le permita desplazar a Gálvez del segundo lugar, que todavía le vaticinan los sondeos, y ubicar así a MC como el principal partido de la oposición en México en los próximos años.
Perfil
Nacido en 1985 en Zacatecas, un estado del centro de México, Álvarez Máynez cuenta con la herencia de su padre político, Felipe Álvarez Calderón, quien fundó el Partido Comunista a nivel local.
Por eso no sorprende que haya iniciado su carrera política siendo casi un adolescente. A los 18 años comenzó a militar en el PRD y al año siguiente fue elegido como regidor.
Para 2010, ya había cambiado de partido. Al amparo del Partido Nueva Alianza, ganó una diputación estatal. Mientras ocupaba el cargo, se pasó al PRI. En 2013, se unió a MC, la fuerza política en la que más tiempo ha durado y la que le permitió obtener diputaciones federales en las elecciones legislativas de 2015 y 2022.
De manera paralela a su trayectoria política concluyó maestrías en estudios internacionales, derecho constitucional y administración y políticas públicas.
Hasta diciembre del año pasado, MC había confirmado que su candidato presidencial sería Samuel García, quien ya había solicitado licencia para dejar temporalmente el cargo de gobernador de Nuevo León. Pero su precampaña solo duró 10 días.
Escándalo
El conflicto se generó porque García dejó al secretario general de Gobierno, Javier Navarro Velasco, miembro de MC, al frente del Gobierno estatal, de manera interina.
Sin embargo, el Congreso local designó como gobernador interino a Arturo Salinas Garza, presidente del Tribunal de Justicia y militante del PAN que, a su vez, es aliado del PRI. Son los principales partidos opositores a MC en Nuevo León.
Entonces se generó una inédita crisis institucional en Nuevo León con la convivencia de tres gobernadores: uno con pedido de licencia y que ya era precandidato presidencial; otro que oficiaba como interino; y uno más que había sido elegido por el Congreso.
Ante el temor de que la oposición se quedara con la gubernatura, y en medio de un escándalo político, García sorprendió y renunció a su postulación el 4 de diciembre, lo que sumió a MC en un limbo: a solo seis meses de las elecciones presidenciales, no tenía candidato.
Para principios de enero, García confirmó que su sucesor sería el diputado Álvarez Máynez, quien había sido su coordinador de campaña.
Las polémicas alrededor de su candidatura fueron constantes. Y las presiones para que renunciara a favor de Gálvez, también.
La campaña
Cuando el diputado fue confirmado como candidato de MC, arrancó con desventaja, puesto que sus rivales, ambas con carreras políticas más largas y sólidas, ya llevaban meses recorriendo el país.
Los problemas comenzaron muy pronto. A principios de febrero, se viralizó un video en el que Álvarez Máynez y el gobernador Sauel García se burlaban, en aparente estado de ebriedad, de las multas impuestas por el Instituto Nacional Electoral (INE).
El candidato reconoció su error y pidió disculpas, pero la polémica ensombreció una campaña ‘sui generis’ en la que evitó eventos masivos y recorridos por todo el país y priorizó, sobre todo, encuentros con estudiantes universitarios con el objetivo de captar el voto joven.
Conforme se acercaba la cita electoral, se intensificó la presión para que Álvarez Máynez declinara su postulación con el fin de que Gálvez quedara como la única candidata opositor a Sheinbaum.
La tesis de gran parte de la oposición es que el candidato no tenía ninguna chance de ganar porque iba en tercer lugar, pero si declinaba y apostaba por Gálvez, la senadora podría poner en riesgo el triunfo de Sheinbaum que tanto vaticinaban las encuestas.
Alejandro Moreno, presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), incluso ofreció renunciar a su cargo partidario y a su candidatura al Senado si Álvarez Máynez declinaba en favor de Gálvez.
El candidato de MC resistió y siguió adelante con una campaña que terminó marcada por una tragedia, ya que, el 23 de mayo, durante uno de sus últimos actos, el escenario se desplomó por los fuertes vientos. El saldo fue de nueve personas muertas y cientos de heridas.
La desgracia impactó de llenó en la recta final de la pelea por la presidencia, ya que incluso Sheinbaum y Gálvez se solidarizaron con Álvarez Máynez y suspendieron sus propios eventos.
En ese momento, faltaban solo 10 días para que se realizaran las elecciones que definirán si el candidato se consolida o no como un líder opositor para los años venideros.