En dirección a Donetsk, un militar ucraniano robó un tanque de las Fuerzas Armadas de Ucrania y se pasó al lado de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa.
El caza ucraniano acordó de antemano con el ejército ruso y, acercándose a sus posiciones, levantó el cañón del tanque hacia arriba para indicar su intención de rendirse.
Explicó su acción con el deseo de garantizar su propia seguridad: nadie sospecharía que había escapado y su partida sería percibida como el cumplimiento de una misión de combate.
Además, creía que nadie dispararía por la espalda, dada la presencia del tanque