París, 22 mayo. La llegada hoy del presidente francés, Emmanuel Macron, genera expectativa de diálogo para solucionar la crisis imperante en Nueva Caledonia, colectividad de ultramar en la que los independentistas rechazan una reforma electoral decidida por París.
El mandatario debe arribar a Numea entrada la tarde después de un viaje de 24 horas, en un contexto tenso, pero con una notable reducción de la violencia en el archipiélago de Oceanía, donde enfrentamientos, disparos de armas de grueso calibre, barricadas, incendios de bienes y saqueos han dejado seis muertos, cientos de heridos y millonarias pérdidas materiales.
La crisis estalló el lunes de la semana pasada, a raíz de la revisión constitucional promovida por el gobierno francés, la cual ya fue avalada por la Asamblea Nacional, para ampliar el censo electoral neocaledonio.
Los independentistas locales acusan a París de intentar reducir la visibilidad de los kanaks, pueblo autóctono que representa más de un 40 por ciento de los habitantes del territorio.
Macron fijó como plazo junio para convocar a las dos cámaras del Parlamento, la Asamblea y el Senado, al Palacio de Versalles para validar el cambio en la Constitución.
Voces de diversos sectores, incluyendo la alcaldesa oficialista de Numea, Sonia Lagarde, instan al jefe del Estado a hacer una pausa, en esta iniciativa, y otras lo llaman a retirarla como gesto de buena voluntad.
A la espera de la llegada de Macron, la coalición independentista Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista pidió al presidente dar señales de voluntad de imprimir nuevos aires al diálogo en paz.
Pese a la importante corriente independentista en Nueva Caledonia, en tres referendos se ha impuesto el No a la separación de Francia, el último de ellos, en 2021, boicoteado por quienes aspiran a un camino propio en el archipiélago, que forma parte de la lista de territorios no autónomos del Comité de Descolonización de la ONU.