El primer ministro nigerino ha calificado de «inaceptable» el comportamiento de Washington hacia Niamey y sus autoridades.
Las relaciones entre EE.UU. y Níger, donde gobierna una junta militar desde el golpe de Estado del año pasado, se deterioraron esta primavera debido a las amenazas y a los intentos de Washington de dictar a Niamey con quién debe cooperar, declaró el primer ministro nigerino, Ali Mahaman Lamine Zeine, en una entrevista con The Washington Post.
Tras el golpe de Estado, EE.UU. congeló el apoyo en materia de seguridad a Níger, que se consideraba su aliado clave en la lucha contra el terrorismo en la región, y suspendió las actividades antiterroristas. En este sentido, Zeine señaló que el Gobierno nigerino estaba desconcertado porque, aunque Washington tomó estas medidas, insistía en mantener a sus tropas en el país sin explicar los motivos.
«Los estadounidenses se quedaron en nuestro territorio sin hacer nada, mientras los terroristas mataban a gente y quemaban ciudades. No es una señal de amistad venir a nuestro suelo y dejar que los terroristas nos ataquen», subrayó.
También se refirió a la visita de la subsecretaria de Estado para Asuntos Africanos, Molly Phee, al país en marzo. Según Zeine, Phee instó a Niamey a abstenerse de asociarse con Irán y Rusia si quería mantener la cooperación con EE.UU., y además amenazó con sanciones en caso de firmar algunos acuerdos con Teherán.
«Cuando terminó, le dije: ‘Señora, voy a resumir en dos puntos lo que ha dicho’. En primer lugar, ha venido aquí a amenazarnos, en nuestro país. Eso es inaceptable. Y ha venido a decirnos con quién podemos cooperar, lo que también es inaceptable. Y lo ha hecho todo con un tono desdeñoso y con falta de respeto», reveló Zeine.
Mientras tanto, al comentar esta declaración, un funcionario estadounidense afirmó que las palabras de Phee eran «una postura coordinada del Gobierno de EE.UU., emitida de manera profesional, en respuesta a preocupaciones válidas sobre los acontecimientos en Níger». Aseguró que a Niamey «se le ofreció una opción, no un ultimátum, sobre si deseaba continuar su asociación con nosotros, respetuosa con nuestros valores democráticos e intereses de seguridad nacional».
El Gobierno de Níger rescindió a mediados de marzo el acuerdo que permitía al personal militar y civil de EE.UU. mantenerse en el país. El mes pasado, Washington aceptó esta petición y anunció la retirada de sus tropas del país africano. De momento, en el territorio nigerino se encuentran más de 1.100 soldados estadounidenses y personal de apoyo.
Cabe recordar que, en Níger, el Ejército estadounidense operaba en dos bases que eran consideradas un importante centro de operaciones antiterroristas. Desde 2018, ambas instalaciones –una de ellas es una de las mayores bases de EE.UU. construidas en territorio africano– se han utilizado para atacar al Estado Islámico y a una filial de Al-Qaeda en la región del Sahel.