Las últimas pruebas sugieren que las seis personas detenidas por las muertes son inocentes.
La investigación sobre la muerte de dos agentes de la Guardia Civil en aguas del municipio español de Barbate el pasado mes de febrero ha dado un giro inesperado en los últimos días.
Seis personas fueron detenidas acusadas de los dos asesinatos, sin embargo, las últimas pruebas sugieren que ellos no serían los culpables del crimen, por lo que persiste la duda sobre quienes fueron los verdaderos autores.
La principal prueba exculpatoria es un video aportado por la defensa y analizado por el cuerpo armado. Se trata de imágenes grabadas desde la narcolancha de Francisco Javier Martín, alias ‘Kiko El Cabra’, quien hasta ahora se creía pilotaba la embarcación que acabó con la vida de los dos agentes, según recoge la prensa local.
En ellas se puede ver cómo una embarcación, distinta a la suya, arremete contra el bote patrulla hasta en seis ocasiones.
Además, la lancha que acabó con la vida de los dos uniformados y dejó heridos a otros cuatro no es la misma que se incautó días después, que es la que pertenece a ‘Kiko El Cabra’.
A pesar de que su defensa ya ha solicitado su puesta en libertad debido a las pruebas, los detenidos continúan en prisión.
La Fiscalía ya solicitó la retirada de los cargos de asesinato, pero sigue manteniendo la imputación de delitos graves de contrabando y pertenencia a organización criminal, y estima que existe alto riesgo de fuga por la cercanía de Marruecos y su vinculación con el narcotráfico en el estrecho de Gibraltar.
Inmediatamente después del crimen fueron detenidas ocho personas, dos de ellas que se creía que iban a recoger a los involucrados en la agresión y seis que se pensaba iban a bordo de la lancha. Uno de ellos era ‘Kiko El Cabra’, de 46 años, quien cuenta con antecedentes por resistencia, desobediencia y blanqueo de capitales.
Fue el primer señalado porque los hechos sucedieron después de que dos de sus hombres murieran en encontronazos con embarcaciones de la Guardia civildurante el mes anterior, por lo que el móvil de la venganza cobró fuerza. Había sido detenido en varias ocasiones, la última en febrero del año pasado en posesión de 40 kilos de hachís.