«Lo que necesitamos es diplomacia, no armas», afirmó la portavoz en lengua árabe del Departamento de Estado.
Hala Rharrit, destacada diplomática de alto rango estadounidense, dimitió en protesta por la postura de la Administración del presidente Joe Biden en el conflicto palestino-israelí.
Ingresó en el Servicio Exterior en 2006 y trabajó en Yemen, Hong Kong, Catar y Sudáfrica antes de convertirse en portavoz de lengua árabe del Departamento de Estado. «Tenía toda la intención de continuar mi carrera hasta alcanzar niveles superiores. Nunca tuve intención de dimitir», declaró este viernes a la CNN. Todo cambió tras el ataque de Hamás a Israel, el 7 de octubre de 2023, y la dura respuesta hebrea, totalmente respaldada por Estados Unidos.
«No seré la razón por la que alguien odie más a Estados Unidos»
Según Rharrit, tanto ella como sus colegas «sabían obviamente que iba a haber una reacción contundente», pero nadie esperaba que el resultado sería 34.000 muertos y tanta hambruna. «No esperaba este final en absoluto», dijo a Washington Post.
También añadió que se había negado a conceder entrevistas a medios de comunicación árabes sobre Gaza desde octubre porque creía que los argumentos oficiales «eran provocativos» y no hacían más que exacerbar la situación en lugar de enfriarla. En su opinión, el continuo flujo de armas estadounidenses a Israel está contribuyendo a la crisis humanitaria de Gaza y alimentando la ira contra Washington en el mundo árabe.
Temor y erosión de credibilidad
Rharrit también se refirió al gran número de fotos de niños palestinos muertos que hay en las redes sociales. «Fue devastador saber que eran nuestras bombas las que estaban matando a esos niños, con toda probabilidad. Y fue más devastador aún saber que, a pesar de todas sus muertes, seguimos enviando más armas porque de alguna manera pensamos que esa es la solución. Es una locura. Lo que necesitamos es diplomacia, no armas«.
Señaló que temía que los niños que han quedado huérfanos a causa de la guerra pudieran llegar a «coger un arma y buscar venganza». «Estamos fomentando un ciclo generacional de venganza que no hace que los israelíes estén más seguros», afirmó.
Además, dijo que los diplomáticos del Departamento de Estado temen expresar un punto de vista que contradiga la política oficial sobre la cuestión israelí, a pesar de que «muchos» comparten su punto de vista. Tras su dimisión, «muchos colegas se me acercaron y me dijeron: ‘Dios mío, hemos sentido exactamente lo mismo que tú. Solo que no hemos sido capaces de decirlo'».
La división también se deja sentir en la sociedad, más allá de los círculos gobernantes. Mientras Israel planea una gran ofensiva sobre la ciudad de Rafa, los campus universitarios de todo el país se han sumido en protestas. A su vez, la propia Administración Biden ya advierte de que la decisión podría resultar desastrosa.